Es realmente terrible lo que acontece en el país. A nadie le importa la vida de las personas y actúan sin ninguna ética ni moral.
El actual director del Hospital Eugenio Espejo un señor Sevilla, un individuo poco profesional, despiadado, cruel, hoy me acerqué desesperada a reclamarle FACTOR VIII LIOFILIZADO medicina para salvar la vida de mi hijo hemofílico que es subsidiada por el gobierno, levantó los hombros y simplemente respondió: NO HAY QUE QUIERE QUE YO HAGA desesperada le hice entender que su respuesta era absurda puesto que como director del hospital debe estar al tanto del riesgo que significa la escases de dicha medicina, se sintió aludido y me amenazó sin ningún reparo, que si no me retiro de su oficina, él me hacía sacar con la policía.
No me puedo imaginar este episodio en otros países donde he vivido y en similares circunstancias he sido tratada con bondad y sobre todo con humanidad, respetando mi dolor de madre y fortaleciendo mi sufrimiento.
Es obligación del Estado ayudar a los pacientes que padecen enfermedades catastróficas y por este arduo trabajo de humanidad es que se a fortalecido el actual gobierno, pero desgraciadamente los cargos de hospitales, centros de salud y el mismo Ministerio, están en manos de gente inepta, poco humana y simplemente deseosa de llenar sus bolsillos a costa del dolor ajeno.
Cuando un ser humano muere por mala práctica médica en un hospital público o por falta de algún medicamento que subsidia el Estado, estos ineficientes ciudadanos que han llegado a los puestos de la dirección y programas normativos por alguna palanca, deben ser juzgados como criminales de cuello blanco porque son los únicos responsables de permitir la muerte, parálisis, o peor aun el desequilibrio emocional de aquellos pobres humanos marcados por la tragedia.
Yo no voy a permitir que mi hijo no reciba su medicina que por ley le corresponde y… si le llegara a pasar algo irreparable por la falta del medicamento y por la sinvergüencería y mala administración de quienes manejan estos programas, pongo en conocimiento de mi país que demandaré al Estado por millones de dólares que se que no me devolverán la salud de mi amado hijo, pero si servirá para sentar precedentes para aquellos seres inhumanos y desalmados que llegan a tan delicados cargos sin tener un ápice de conocimiento ni responsabilidad.
Estoy segura que el Presidente de la República desconoce estos pormenores que a él si le inquietarían puesto que su mayor deseo es ayudar a los desprotegidos de la medicina que padecen enfermedades incurables, pero su buena labor se ve opacada por la irresponsabilidad de los malos funcionarios públicos del Ministerio de Salud y los hospitales que dejan al descubierto la mala administración que se ha llevado con este medicamento de alto costo que hoy no existe en ningún hospital del país y que no puede faltar un día más, puesto que de esta medicina depende la vida de 600 pacientes hemofílicos, incluyendo la de mi hijo .