La música ecuatoriana, elevada entonación, que se erige desde el espumoso mar territorial hacia los Andes diamantinos, haciendo con ternura infinita excelsos pentagramas de amor sobre el cielo ecuatorial, regalándole al mundo tanta melodía, tantas que cubre de notas peculiares el perfil dolido de la humanidad buscando sensibilizarla.
Tan generoso es nuestro Ecuador, que con sencillez y sin pedir nada se entrega al mundo, dejando su huella musicalizada e imperecedera en cada rincón del globo terráqueo. Una demostración de lo afirmado fue y será sobre los siglos, la entrega total del ‘Ruiseñor de América’, Julio Jaramillo Laurido que, con arpegios nacidos de hijos del vientre bendito de la patria, llevó y llevará con el instrumento innato y privilegiado de su voz, sinfonías ecuatorianísimas por todos las estancias del Universo, que sin egoísmos las matizó con otros hermosos ritmos de hermanas regiones.
Con sobra de merecimientos el día de su nacimiento es el Día del Pasillo en nuestro Ecuador inmortal.Hoy y siempre rendimos homenaje al cantor nacional, con ferviente admiración por el arte y el patriotismo que surgió de sus poros para la eternidad. ¡Loor a Julio Jaramillo, al pasillo y a todo el Ecuador!