A propósito de un video conferencia recibido en mi teléfono, sobre el “atropello” que se hace a “principios gramaticales básicos”, inclusive en publicaciones importantes, he revisado toda nuestra Constitución expedida en el Gobierno de Correa, para precisar si su contenido se ajusta o no a las reglas exigidas.
En la conferencia indicada se explica, con varios ejemplos, lo “incorrecto” que es utilizar dos excepciones “cuando se trata del mismo género gramatical”, por tratar de distinguir “equivocadamente” entre masculino y femenino, porque ello procedería solo cuando los sustantivos son diferentes como por ejemplo: damas y caballeros, hombres y mujeres, toros y vacas, pero no cuando el sustantivo incluye a los dos géneros.
Lastimosamente, en nuestra Carta vigente, el número de veces en que se repite este error es digno de señalarlo, para no caer otra vez en esta “pequeña equivocación”, la cual hay que apuntarlo, fue destacada, por varios expertos, en el mismo momento en que se la redactaba, pero nunca se la enmendó, porque había, supuestamente, una orden de Correa de que se la apruebe así. Veamos algunos ejemplos que desdicen de su forma gramatical:
Las palabras Presidenta o Presidente se repiten 33 veces; las palabras Juezas o Jueces se repiten 17 veces; las palabras Servidoras o Servidores se repiten 13 veces; las palabras Vicepresidenta o Vicepresidente se repiten 12 veces; las palabras ecuatorianas o ecuatorianos se repiten 12 veces. Otras palabras como: Ministras y Ministros; las Asambleístas y los Asambleístas; Conjuezas y Conjueces; Consejeras y Consejeros; Procuradora o Procurador; ciudadanas y ciudadanos; niñas y niños también se repiten, pero al menos en menor número.
Todo esto, sin analizar el fondo de los textos, que para muchos entendidos son casi inentendibles.