Debo decir con frontalidad, estos resultados electorales para designar alcaldes, prefectos, etc. no son sorpresivos. Cuando las leyes, miembros del gobierno, el poder económico, la comunicación, parte de la justicia, todavía pertenecen al grupo de Correa. Esta forma de elegir dignidades provinciales se armó desde el correísmo, pues por las encuestas sabíamos que Correa ha mantenido un 18% de aprobación, era lógico repartir la votación, inscribir un gran número de candidatos y así tratar de subir ese porcentaje y lograr captar dignidades.
Por los resultados vemos que en la mayoría de provincias todos los ganadores llegan entre 20% o 30% y por supuesto los candidatos correístas están muy bien ubicados.
En Quito, candidatos de gran aceptación quedaron relegados no se le podía ganar a un ciudadano cuestionado por el acaparamiento de frecuencias comunicacionales, que hábilmente los utilizó en su campaña. Era normal escuchar sus emisoras radiales, en taxis y buses. ¿Se podía competir con el gran poder económico de los correístas? Imposible, y sus candidatos alcalde y prefectura en Quito y Pichincha lograron ubicarse en sitios estelares. Si así vemos este escenario les pregunto, ¿estos resultados fueron sorpresivos?
¿Qué representación tienen estas personas que no llegan ni siquiera al 40%, de aceptación? Juzguen Uds. Pero concluyendo, puedo decir, que jugaron hábilmente las mentes y corazones ardientes de poder.