Reina y Señora “Madre Símbolo”, de las familias venerable miembro, feliz progenitora, amiga y consejera, manantial de ternuras. Para ti sean todos los honores, las blancas flores como tu alma noble, los perfumes dulces y los paisajes bellos; las inspiradas serenatas, los aurorales trinos y el amor más tierno.
Heroína silenciosa que con amor engendraste a tus tiernos retoños, dulce y bella Madre corazón de tu esposo; sacrificio y entrega. Digna merecedora de admiración y aplauso; fecundo y santo vientre por Dios bendecido, incomparable regazo; del amor santuario, para tu descendencia identidad y pertenencia.
Tu dulce semblante a tus hijos inspira dejar en tus mejillas besos muy tiernos, en tu frente una perla de veneración perpetua; y en tus platinados cabellos la corona de Reina. Solidaria servidora de familiares causas, de tu hogar fogata, de tus hijos educadora, para tu esposo apoyo. Al coronarte ahora como Reina y Señora, en ti a las madres va nuestro homenaje. Dios te bendiga, Madre y amiga.