Dado que, según el Presidente, todo es casi perfecto y es el país de su ‘maravillosa revolución, (“Los manifestantes se han dejado manipular por la oposición, por los golpistas y por la prensa”, según sus propias palabras), dejemos nomás que siga gastando despiadadamente, que suba los impuestos a niveles confiscatorios y que cuando no le alcance el dinero para seguir gastando, se endeude de manera compulsiva. Total, lo único que puede pasarnos es soportar una crisis como la española, la griega o la venezolana.
Nosotros somos los equivocados, los tontos, los mediocres, los limitaditos, los neoliberales, los ortodoxos, los conservadores, los prudentes, los “simples” contadores. El Sr. Correa es el ungido, el auténtico economista, el elegido por la divinidad.
Ojalá y Dios nos perdone por el pecado de dudar de su buena fe, nos perdone tanta blasfemia. A veces nos olvidamos que es el único que dice saber economía en este país. Mientras tanto, recuerdo humildemente a Friedrich Hayek (Nobel de Economía, 1974): “Si los socialistas entendieran economía, no serían socialistas”. O a John F. Kennedy (presidente de EE.UU., 1961): “Se puede ganar con la mitad de un país, pero no se puede gobernar con la otra mitad en contra”.
Una aclaración final: quienes legítimamente estamos en la oposición no queremos volver al pasado. Tampoco queremos parecernos a Cuba, Venezuela o Corea del Norte, países de regímenes autoritarios.