¿Dormidos en los laureles?
En la antigua Grecia y Roma se distinguía, con una corona de laureles a los prominentes poetas, guerreros o deportistas por sus logros relevantes.
De allí creo sale el dicho: “No dormirse en los laureles”, para incentivar a los que fueron reconocidos por sus méritos a seguir mejorando.
Sería recomendable que nuestro Gobierno no se duerma en los laureles y que con motivo de la pandemia y la posibilidad eminente de vacunas no baje la guardia y crea que pactar con laboratorios exitosos de investigación ha resuelto el problema.
Cuando lleguen las vacunas debemos preguntarnos si el Gobierno tiene ya previsto la cadena de frío adicional que debe mantener en respaldo de la eficacia de su aplicación. Creo que, de cualquier laboratorio de donde provenga la vacuna, el envío tendrá la baja temperatura requerida; luego viene el trasporte interno, casas de salud, subcentros; esto y más, hasta llegar las personas que recibirían la vacuna.
Todos los hospitales tienen una cadena de frío para atender requerimientos de muchas medicinas; la vacuna para el covid-19 puede ser prioritaria, pero no es la única medicina que requiere la población. Quizá el apuro no dé lugar a decisiones apresuradas en implementar la necesaria cadena de frío adicional. Siempre tenemos que estar vigilantes a que no se repita la pandemia de corrupción siempre latente.