En relación al artículo de opinión de Alberto Molina Flores publicado enEL COMERCIO, el viernes 13 de septiembre titulado, “Entidades de seguridad ciudadana”, comparto con sus inquietudes, pero cabe precisar que el carácter civil de la Policía Nacional significa que es un rasgo distintivo del policía, es un modo de ser de una persona o de una institución, diferente del carácter militar por obvias razones; las primeras sociedades se conformaron para protegerse, por razones de seguridad, crearon normas y autoridades, de aquí nace la otra característica del policía, ser auxiliar de la justicia, y por ello la Policía es una Institución permanente del Estado. Esta caracterización no obsta para que la Policía Nacional sea jerarquizada, pues la llamada “desmilitarización” no está en un cambio de grados jerárquicos, caso contrario deberíamos comenzar “desmilitarizando” al Cuerpo de Bomberos, a las policías municipales, a la Comisión de Tránsito del Guayas, organismos que mantienen grados jerárquicos militares; debemos la desmilitarización comienza con una búsqueda de la identidad institucional, dejando definitivamente la tradición militar que en gran parte de nuestra historia imperó, está en una nueva concepción del servicio a la sociedad, debe ser un instrumento útil para la consolidación de la democracia, cambios como la descentralización, flexibilización y modernización de sus estructuras y estrategias de combate a la delincuencia, recursos humanos con una vocación humanista y de servicio, en suma, una transformación cultural. Esta formación le otorga el carácter de civil, profesional, honesta, transparente y disciplinada. Decir que los grupos especiales como el GIR, GOE son “altamente militarizados” es una falacia, su formación no es militar, los grupos policiales especiales se crearon para enfrentar a la delincuencia organizada y violenta que también se ha especializado, se entrenan para aplicar operaciones anti delictivas, para el policía no existe “enemigo”, sino “infractor” de la ley; estos grupos han sido entrenados originalmente por Fuerzas Especiales Policiales de Francia y España, aplicando el principio del empleo de la fuerza progresiva, manejo de crisis, estrategias persuasivas y dentro de un marco de respeto a los derechos humanos.