Me permito realizar varias aclaraciones al editorial publicado por el Dr. Antonio Rodríguez Vicéns en Diario EL COMERCIO, en la edición del 22 de marzo del 2016, en su artículo ‘Degradación de la Justicia (2)’.
El editorialista insiste en su pretensión de descalificar el trabajo y el servicio que la Función Judicial presta a las usuarias y usuarios del país y lo hace en términos propios de quien tiene como fin hacer daño y generar una visión pesimista en la ciudadanía.
Califica a los resultados de la gestión como propaganda y señala tener pruebas de sus afirmaciones respecto de lo que en su visión es una mala aplicación de la mediación. Es interesante, sin embargo, su cambio de opinión respecto de la validez de la mediación como un mecanismo de solución de conflictos jurídicos; asumimos que aceptó nuestra sugerencia de hacer una lectura de la Constitución.
Para evitar la desinformación, insistimos ante las y los usuarios del país que la mediación es un procedimiento voluntario; si un juez o jueza derivó el juicio a mediación sin el consentimiento de las partes, la mediación, simplemente no se realizará. Esto lo conocen las y los abogados que litigan, quienes incluso -en algunos casos- en los escritos de demanda ya se posicionan respecto de su negativa de acudir a la mediación. Cuando un proceso es derivado a un centro de mediación, el primer paso es la invitación a las partes; estas, una vez más tienen la posibilidad de aceptar o negarse al procedimiento de mediación. De no aceptar, el proceso vuelve al juzgado para continuar con el juicio.
Doctor Rodríguez Vicéns, no ha presentado ninguna queja contra ningún juez, por ningún asunto. Esto demuestra que su intención es únicamente la de menoscabar la imagen de la administración de justicia.
El último párrafo del editorial es lamentable y no contribuye en absoluto a construir una crítica sería. Lo que afirma el editorialista -a través de frases en seguidilla- es un reflejo de encono, e insistimos, no son propias de quien desea contribuir a la mejora de un servido, por el contrario, insiste en su deseo de descalificarlo. Ante esto, una vez más reiteramos que nuestro trabajo es público y transparente; por lo que, en algunos casos estamos expuestos a recibir este tipo de ataques asombrosos. Eso no nos desanima en nuestro empeño de continuar prestando un servido orientado a la garantía de los derechos de las y los usuarios; insistimos que cuando existan errores u omisiones de cualquier tipo, la ciudadanía tiene los canales para denunciar. No puedo dejar de referirme brevemente al trato que el editorialista pretende dar al suscrito, calificándome como “contestador por encargo” u “oficioso subordinado”. Es lamentable ver como el Dr. Rodríguez expresa su violencia con el uso de adjetivos; debe ser un problema vivir así. Por mi parte, cumplo mis competencias de servidor público integralmente y al ser vocero en la materia de mediación a la que el editorialista se ha referido, es natural que sea yo quien conteste.
Una vez más, le decimos a la población del Ecuador que las puertas de la Función Judicial y de su Centro de Mediación están abiertas, que el servicio que prestamos es de calidad y es para ustedes.