Sigue siendo motivo de preocupación del sector público y del privado, el déficit fiscal. Para superarlo, se han dispuesto algunas medidas que, por el tamaño del “bache”, resultan insuficientes. Por esto, se vuelve indispensable buscar los mecanismos necesarios para enfrentarlo y para aumentar la ocupación:
1.- Muchas inversiones se inician sin financiamiento; sin informes previos; sin estudios; sin ser prioritarias, irrentables y con sobreprecios. Esto debería ser sancionado.
2.- Si las evaluaciones han sido superadas, no habría razón para que no se las inicie o suspendan para evitar el desperdicio de recursos.
3.- Mientras no se supere la crisis, los “aportes generosos” del Gobierno a los partidos políticos deberían eliminarse para que se financien solo con contribuciones privadas.
4.- El Estado no puede seguir siendo “empresario” porque es un pésimo administrador por lo que debería mantener inversiones en sectores rentables y estratégicos.
5.- Todas las autoridades públicas deberían, antes de la posesión, declarar no tener intereses privados, ni directa ni indirectamente, o renunciar “notarialmente” a ellos.
6.- La austeridad debería ser aplicada a “todo el sector público”, por instrucción del Presidente y con intervención directa de la Contraloría en su calidad de Juez de Cuentas.
7.- Hay gastos no prioritarios, lo que me recuerda la declaración de la Asambleísta Montaño al preguntar: ¿qué ganó Guayaquil con la presencia de todos sus compañeros en la sesión solemne o que perdía ni no iban?
8.- Todos los compromisos políticos del Gobierno podrán cumplirse solo si es que se cuenta con los recursos para ello, pero sin más endeudamiento de “última hora”.
9.- Las cámaras de la producción siguen presionando, pese a que, en proporción a la inversión, el sector de mayor demanda de mano de obra es el de las mi pymes.
10.-La agricultura es la actividad que más ocupación puede dar con un “tratamiento diferente” para el pago de la mano de obra.
Es necesario ampliar y discutir estas sugerencias.