¿Por qué?
Luis Francisco Gonzaga Troya
Escribo estas líneas antes de que el Papa visite la sede del Parlamento Europeo. En algunos medios he leído que esta visita “va a crear controversia”. Y la pregunta que nace es ¿Por qué? ¿Por qué la visita del representante de una institución que ha “perdido” su credibilidad causa tanto ruido y tanta “controversia”. ¿Por qué la imagen de un hombre humilde, que va poniendo orden de casa para adentro, y para afuera también, les causa tan gran malestar?
¿Será que ese hombre humilde, que el día de su elección pidió rezar por él y por el Papa emérito es capaz de estremecer a muchos con un arma tan sencilla como la autoridad que le da su coherencia de vida?
¿Será que muchas personas que estrenan zapatos nuevos cada vez y tanto se sienten amenazados por un Papa que hace remendar los suyos? ¿Será que los que jamás han pisado un metro, excepto para cortar el listón que lo inauguraba, se sienten amenazados por un hombre que al final del día de trabajo utilizaba ese medio de transporte como cualquier hijo de vecina?
Son muchas preguntas y dudo mucho que los directamente interesados algún día las respondan pero siento, en alguna parte de mi ser, que este hombre sencillo que adoptó el nombre de Francisco, es la versión moderna de David enfrentándose a Goliat y sé que va a su encuentro armado con la honda de la humildad y la sencilla piedra de la fe y sé que no va a matar a nadie.