Vox Populi

Si la voz del pueblo es la voz de Dios, es un sofisma. El pueblo se equivoca muchas veces, probablemente de buena fe y repite equivocaciones frente a las urnas. El único remedio ante este problema es mejorar la educación moral y cívica. Una materia arrancada de los centros de estudios y muchas veces olvidada dentro de las propias familias.

Si vemos que en el continente los pueblos votan sin miedo al error por todo tipo de caudillos y demagogos de derecha o izquierda que se han burlado en la fe pública, ese lema no alcanza fundamento.

Los ciudadanos votan con el estómago – por hambre – o con el corazón – por la emoción -: pocas veces se usa la lógica financiera para proteger los intereses y los fondos públicos que en realidad son de todos y con los que se debe mejorar la educación, profundizar la calidad de la salud y hacer obras en pro de los más pobres. Muchas veces son los mismos pueblos los que se hacen harakiri y terminan suicidándose con su voto. Vox populi…  

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