El pasado lunes 24 de mayo, la capital del Ecuador, Quito, y más concretamente en su Asamblea Nacional, se ha procedido al cambio de presidente de la República del Ecuador, tras un periodo de 4 años, con Lenin Moreno al frente del país andino, Guillermo Lasso con la tradicional banda presidencial ha jurado su cargo, ante una numerosa audiencia; y asistencia internacional para arropar a este banquero Guayaquileño de 66 años, que pone fin a 14 años de gobierno de izquierdas, llamados así, por ellos mismos, los fundadores de la llamada revolución ciudadana, después de todos estos años, que queda…, un país empobrecido, y sumido en un fuerte conflicto, de los que se hicieron llamar, los salvadores de la patria…, al final resultó que fueron los saqueadores del pueblo.
Más allá de todo esto, algunas cosas, sobre el discurso de investidura de Guillermo Lasso, que habla de republicanos, de una nueva era del país, sin caudillos, habla del fin de la persecución política en el Ecuador, “No he venido a saciar el odio de pocos ,he venido a saciar el hambre de muchos”…. Un discurso de poco más de 40 minutos de duración, donde ha tenido menciones al expresidente Jaime Roldós, con aquella frase.. ‘Agua para el pueblo’.., escuelas, hospitales, desnutrición infantil desempleo, mujeres, igual, equidad, violencia contra las mujeres y un largo etc … Un discurso, típico, muy típico, (juraría que ya lo escuche antes) el mismo de siempre…, ya veremos a ver donde quedan esas palabras, del nuevo presidente del Ecuador, Guillermo Lasso, que define su hoja de ruta, con los llamados puntos de encuentro, el talento de nuestra gente, las capacidades de nuestros ciudadanos, y declara que el Ecuador, abre las puertas al comercio Mundial.
Cuatro años por delante para hacer frente a una terrible y cruel pandemia, las consecuencias de esta, con un gran y único objetivo, activar la economía, erradicar la pobreza del Ecuador, la recuperación económica, en una mesa servida, con gastos desorbitados, por parte del gobierno de Lenin Moreno, y su antecesor Rafael Correa…
No es tiempo de pensar, en las cosas del pasado, aunque tampoco conviene olvidar, conviene recordar que el pueblo no come de las buenas palabras de un discurso de investidura, que no se puede sacar agua de las piedras, que el pueblo, quiere, necesita, exige un cambio radical, ya vengan estos cambios, de la derecha o de la izquierda más radical, el pueblo tiene que ser liberado del yugo opresor, que durante décadas, no le dejó respirar.., por esta vez hablemos de un margen de confianza, al menos hasta cumplidos los 90 días de gobierno, aunque serán pocos, teniendo en cuenta que pinta en bastos, en Ecuador, y en todos y en cada uno de los puntos, de este planeta, con esta dichosa pandemia, que se resiste a desaparecer de nuestras vidas.., son los primeros días de mandato de este nuevo presidente del Ecuador, que al menos, demostró perseverancia, al ganar las elecciones, tras tres intentos…, es tiempo de ser un equipo, es tiempo de ser un pueblo, es tiempo de remar mar adentro, ya habrá tiempo, para analizar, un periodo que acabamos de comenzar, y para analizar, hay que caminar, hay que tropezar, hay que caerse, para después levantarse, el Ecuador, ha decidido que ya había llegado el cambio.., dejemos que el cambio, algo tan deseado, sea parte, no sólo de nuestro deseo, si no también, nuestra forma de vida, una vida, de la que ya va siendo hora, cambie para todos y cada uno de los ecuatorianos.
Deseo por o tanto, mis mejores deseos para este nuevo Gobierno, importante, muy importante, no dejar a nadie atrás, sabemos que no lo tiene nada fácil, pero por ello, no hay que dejar de luchar, nunca.