Sobre la Feria del Libro de Quito
Mucho revuelo ha causado estos días la Feria Internacional del Libro de Quito. Aquí algunas ideas que tengo al respecto sobre la misma:
-La Feria del Libro de Quito, año tras año, ha sido organizada al apuro, casi corriendo. Ha cambiado de nombre, de sedes constantemente, lo que deja una impresión de improvisación.
-El proceso de escoger a los autores invitados y ponentes en las actividades, es poco equitativo, y frecuentemente aparecen en el cartel los mismos nombres de siempre.
-¿Hay algún escritor de provincia invitado? ¿Algún autor de Imbabura, Morona Santiago o Napo, participará en la feria? Mucho centralismo capitalino.
-¿Hay algún autor autopublicado invitado a la fiesta de la lectura? Y la autopublicación no es un fenómeno reciente. Walt Witman autopublicaba sus libros. Federico García Lorca publicó su primer poemario con la ayuda de su tío, quien le pagó el valor de la impresión de sus libros.
-Es imposible invitar a todos los escritores, pero a más de los del ‘Club de amigos’ debería invitarse también a autores noveles, jóvenes. ¿Cuándo tendrán estos una oportunidad de visibilizar su trabajo?
-Quito, la primera ciudad del mundo declarada como Patrimonio Cultural de la Humanidad, merece una feria del libro a la altura de su relevancia, amplia, robusta, fenomenal. Todavía se queda muy lejos de las más importantes de la región, como la de Guadalajara en México, La Habana en Cuba, Buenos Aires en Argentina, o la de Bogotá en Colombia, por mencionar a las más reconocidas.
-Ecuador sigue siendo uno de los pocos países de la región que carece de un Plan Nacional de Lectura. Seguimos en los últimos lugares de promedio de lectura por habitante a nivel del orbe, y seguiremos si no realizamos un cambio profundo, una verdadera Revolución en el acceso al libro.
-Éxitos a la Feria Internacional del Libro de Quito 2024. Que salga de maravilla. Y que en el 2025, brille por su organización y no se vea manchada por la exclusión y la inequidad.
Pablo Virgili Benítez