Obligaciones impostergables del Estado.
El Estado ecuatoriano y sus gobiernos de turno, han hecho costumbre soslayar sus responsabilidades como el control efectivo de la natalidad, que ocasiona la sobrepoblación que bordea los 18 millones de habitantes, cuyas necesidades básicas: alimentación, vivienda, salud, educación, etc., no pueden ser atendidas por causa de un presupuesto estatal deficitario.
¿Por qué la recuperación de miles de millones de dólares usurpados de las arcas fiscales por el correísmo, no ha sido prioridad de los tres últimos gobiernos?, si hay países que lo están consiguiendo ¿por qué no gestionar los mismos mecanismos por ellos utilizados?
El corrupto proceder de la mayoría de asambleístas que operan en contra de los intereses del Estado, se ha convertido en diaria amenaza para la estabilidad y salud emocional de los ecuatorianos. Por tanto, el Gobierno actual debería actuar con medidas de hecho resultantes de una Consulta popular que responda a las reales demandas ciudadanas, que incluya, por ejemplo, la sustitución de la actual Constitución -que es la perversa herramienta que utiliza el correísmo y sus aliados para someter a toda la nación- y cambiarla por la del 98; así como aplicar total rigurosidad desde un CNE (depurado y reformado) para la elección de representantes, en todos los niveles.
Deberíamos considerar que la estructura del Estado existente, no funciona en países como el nuestro, cuya población no está preparada para vivir en democracia; para lo cual, la alternativa sería empezar por priorizar la educación.
Desde ya se observa en el panorama político, que asoman los conocidos y descalificados politiqueros, manipulados por los dueños de las tiendas políticas, que se empeñan vehementemente en participar en las presidenciales del 25, no obstante que, tanto ellos como nosotros -los ciudadanos honestos- sabemos que son descarados chimbadores, que le apuntan únicamente al dinero sucio y a las cuotas de poder, para favorecer su bienestar personal.
Leonardo Cueva Piedra
¡Navega seguro en internet!
¡Estimados navegantes digitales, el profe de Internet está de vuelta! En este emocionante viaje por la autopista cibernética, debemos ser más precavidos que un gato esquivando charcos. ¡Sí, amigos, es hora de hablar sobre la prevención de riesgos en el uso de internet!
Primero, imagina que estás en un bosque digital lleno de enlaces salvajes y anuncios camuflados como arbustos encantadores. Antes de aventurarte, lleva contigo tu machete antivirus para despejar el camino de esos bichitos molestos llamados malware.
Ahora, hablemos de contraseñas, esas claves mágicas que protegen tu reino de fotos vergonzosas y memes secretos. No las elijas como si fueran nombres de mascotas, ¡nadie quiere que su contraseña sea más predecible que un capítulo de telenovela!
Como si estuvieras entrenando para los Juegos Olímpicos del ciberespacio, mantén tus aplicaciones y programas en forma. Actualízalos regularmente, como si fueran tus flexiones matutinas, para mantener a raya a los virus y hackers. ¡La seguridad cibernética es el nuevo deporte olímpico!
Imagina que tu información personal es como un tesoro enterrado en una isla remota. No vayas gritando tu ubicación a los cuatro vientos digitales. Comparte solo lo necesario, no sea que despiertes a un craker de ladrones de identidad.
Ahora, hablemos de ese sexto sentido cibernético. Si algo te parece más sospechoso que un gato mirando fijamente a la pared, no hagas clic. Confía en tu intuición, es tu superpoder digital. Evita enlaces extraños como si fueran el estofado de mamá con ingredientes dudosos.
Recuerda, el internet no es un parque de diversiones sin reglas. Es como un parque temático, emocionante pero con algunas atracciones peligrosas. No confíes en extraños digitales ni hagas clic en ofertas que suenen demasiado buenas para ser verdad. ¡No queremos que caigas en la montaña rusa de la desilusión!
Roberto Camana-Fiallos