No todo es malo
La ciudadanía quiteña mira con beneplácito que ya se están iniciando o retomando los trabajos de bacheo de las calles y el mantenimiento y reposición de las tapas de las alcantarillas, obras que deben ser tomadas en forma prioritaria para evitar, tanto accidentes personales como daños de los vehículos que circulan por esta hermosa Ciudad capital de los ecuatorianos y sus alrededores.
Como ya lo venimos mencionando anteriormente, es menester dar atención urgente a las necesidades de la población, dejando en segundo plano aquellas que no lo son (Ejm derrocamiento de la tribuna de los Shirys) que, por no ser emergentes, bien podrían esperar.
Otro de los requerimientos y sugerencias es que, simultáneamente mientras se realizan estos trabajos, sería conveniente pintar o repintar los numerosos rompe velocidades repartidas por toda la ciudad y sus alrededores pues, especialmente en horas de la noche, los conductores pierden la visibilidad, ocasionando lamentables accidentes, además del consiguiente maltrato a sus vehículos.
En fin, pensamos que no solo hay que enfocarse en los temas negativos, sino que, haciendo honor a la justicia, debemos también resaltar lo positivo; por lo que en esta ocasión es menester, felicitar a los responsables de estos importantes trabajos, incluyendo a los empleados, obreros y más personal, al tiempo que impulsarles para que, con el mismo entusiasmo y responsabilidad, culminen estos importantes trabajos. <<<No hay duda de que la ciudadanía quiteña les quedará sumamente agradecida.
Fabiola Carrera Alemán
Empleados de sector público y del IESS dejan oficinas y trabajan en territorio
Todos los días vemos en los medios exigencias al alcalde por temas de agua, vías, reciclaje, iluminación, regularización, parques. El problema viene de décadas atrás. Los miles de servidores municipales podrían, desde los barrios a los que se pertenecen, dar seguimiento con las Empresas de Obras Públicas, Agua Potable y Alcantarillado y demás secretarías, con apoyo de la administración zonal y concejal que corresponda, para atender pedidos con oportunidad, eficiencia y calidad. Se evitaría gastos de oficina y tiempos muertos de transportación. En planta central solo quedaría procuraduría, contrataciones, tecnologías de información, administrativo-financiero, los secretarios temáticos, las cuadrillas de parques y recolección de basura, y la policía y agentes de control, que hacen un trabajo a nivel ciudad. Igual se puede hacer desde el gobierno central, con seguridad, justicia, vivienda. Si el IESS enviara a territorio a sus miles de empleados, se multiplicarían las afiliaciones voluntarias.
Diego Fabián Valdivieso Anda