Los caminos de la vida
En el diario trajinar de nuestras vidas se vislumbran distintos caminos y es preciso elegir el que creemos que es el más conveniente y en general se podría decir que hemos tenido la suerte de haber escogido el camino correcto que nos ha conducido por senderos satisfactorios y adecuados y de eso podemos sentirnos dichosos y agradecidos con Dios, sin embargo a lo mejor, a pesar de esa satisfacción, puede ser que pudo haberse trastocado su sentido inicial, por circunstancias que la vida nos presenta y qué no advertimos que podía suceder.
Puede decirse entonces que siempre y generalmente los seres humanos anhelamos a cierta edad de nuestras vidas formar una familia, tener hijos y por qué no más adelante nietos e incluso bisnietos y ese camino así trazado en muchas ocasiones se cumple tal cual cómo lo habíamos deseado. Conformada la familia de esa manera se desarrolla todo ese período de felicidad en pareja, rodeados de esos hijos, nietos y demás familiares y así van pasando los años, pero no nos imaginamos que por circunstancias del destino los hijos y luego los nietos van a vivir en lugares lejanos y ahí si el camino que se había trazado inicialmente se trunca y aparecen nuevos caminos que no se habían pensado.
Entonces, no queda sino vivir el momento de la forma cómo se ha presentado y qué mejor que compartir la relación en pareja, disfrutando el día a día con plenitud, recordando los primeros años del matrimonio, cuando aún no venían los hijos y tratar por lo tanto de disfrutar cada momento, sabiendo que los hijos y nietos no se encuentran cerca, pero deseando siempre el por lo menos disfrutar cuando se pueden realizar esas visitas y estadías esporádicas.
Quizás los anhelos iniciales cuando comenzó ese desmembramiento pudo haber sido tratar de ir y radicarse permanentemente en esos lugares lejanos, junto a esos hijos y nietos que habían compartido y dado sentido a ese espíritu de familia, pero quizás los años pasaron aceleradamente y esas aspiraciones se fueron dificultando, sin dejar de tener la esperanza de que todavía habría tiempo para concretar un proyecto de esa naturaleza.
Cristianamente hablando, la Biblia dice a través de la palabra de Jesucristo que sólo hay dos caminos o dos maneras de vida que se pueden recorrer: el camino piadoso y justo o el camino que lleva a la decepción y la destrucción, por lo que todo depende de a dónde queramos llegar en la vida y de las reglas, si es que las hay, por las que queremos vivir.
La vida siempre nos dará la oportunidad de recorrer el camino correcto y a pesar de los años transcurridos, todavía tener la oportunidad de continuar recorriendo esos senderos satisfactorios y sentirnos profundamente realizados y felices de lo que nos ha tocado vivir y principalmente refiriéndonos a la enorme satisfacción de haber conformado una familia con esposa, hijos y nietos, que nutren y alimentan día a día nuestro espíritu y nos motivan para seguir adelante en la lucha incesante por continuar consiguiendo logros y éxitos y especialmente contar con una salud razonable y disponer de una paz interior, que demuestre que siempre hemos seguido el camino correcto.
John F. Kennedy dijo: “La felicidad no se encuentra al final del camino, sino a lo largo de él”.
Hernán Patricio Orcés Salvador.
“Reglas mínimas para mejorar nuestra democracia”
Cada vez que debemos volver a escoger nuevas autoridades mediante votación general, nos hacemos la misma pregunta: las que vamos a nombrar en su remplazo, serán mejores o peores que las que estaban en la última Asamblea y en la Presidencia? .Porque hemos caído en un orificio tan profundo de decepciones, que nadie o muy pocos, siguen creyendo en la política, por lo que de ser la “votación potestativa”, creo que el porcentaje de participación, sería casi nulo, lo que agravaría aún más la decepción, porque tal vez, los eventuales ganadores, darían más pena y más vergüenza.
No sé cuál sería la solución a este dilema. Pero en una reunión con pocos amigos, porque a la mayor parte, no le interesa el tema político, se plantearon las siguientes propuestas que podrían ser recogidas por el Consejo Electoral como autoridad directamente ligada al tema:
*La “calificación de idoneidad” de cada candidato, debería ser responsabilidad del partido que presenta su candidatura, pudiendo éste quedar “descalificado” si no actúa con rigurosidad.
*Es una “irresponsabilidad” que para ser Asambleista o Presidente de la República no tenga “formación superior” y solo necesite estar en goce de los derechos de ciudadanía.
*Los grados militares y policiales no son un “título profesional”, sino solo un nivel jerárquico dentro de la institución, igual que el de los embajadores y cónsules en el cuerpo diplomático.
*Todos los candidatos para poder terciar en una elección popular, deberían “estar afiliados” a un partido o movimiento político, “mínimo tres años”, igual que la vigencia de la agrupación.
*La votación “no puede ser por listas”, sino por cada candidato, porque es más responsable escoger a cada uno, para no premiar “obligadamente” a los que no tienen méritos suficientes.
*Las desafiliaciones de los partidos políticos deberían, “ser prohibidas”, pero si se la acepta ya no pueden afiliarse a “ningún otro partido”, ni volver a ser candidato para “ninguna dignidad”.
*Los “aportes económicos” del Estado, deberían ser prohibidos para que las agrupaciones políticas se financien solo con contribuciones de los afiliados, con tope individual y colectivo.
*Los afiliados tienen la “obligación de reclamar” a sus representados, los compromisos con el Gobierno y/o otros partidos, que estén en contra de los intereses nacionales.
*La “falta de respeto”, dentro o fuera de los recintos, debe ser llamada de atención por el Presidente del Organismo. Por segunda vez, con una sanción; y, la tercera vez, con suspensión.
*Los grados militares y policiales no son un “título profesional” sino solo niveles jerárquicos, a igual que los de los embajadores y cónsules en el servicio diplomático.
*Los ingresos de los funcionarios de “elección popular”, no pueden exceder, incluyendo todos los conceptos, de la remuneración del Presidente, siendo ello responsabilidad de Minfinanzas.
Iván Escobar Cisneros