En días pasados, el Burgomaestre del Distrito Metropolitano apareció de cuerpo entero en EL COMERCIO del 3 de agosto. Bajo el título de “el debe y el haber del alcalde Barrera”. Se hace un breve análisis de proyectos y obras que se hallan en ejecución, de las que no han sido iniciadas, de las que no se concluyen a pesar de haber sido comenzadas hace mucho tiempo, etc., como los famosos bulevares de la Colón y Naciones Unidas que se supone quedarán muy bonitos y decorativos, pero no se sabe qué beneficio positivo prestarán a la ciudadanía. En fin, ofertas y proyectos pero nada concreto y lo único cierto es que lo que “debe haber no hay”… En cambio, el Burgomaestre de Guayaquil, según informa diario Hoy el 7 de agosto tiene en ejecución obras sumamente importantes como túneles, viaductos, semaforización, pasos peatonales, la metrovía, puentes, etc. Estas obras que son de permanente ejecución y el dinamismo de sus ejecutores, han transformado a Guayaquil. Si bien ambas alcaldías tienen proyectos de obras importantes, la gran diferencia es que en Guayaquil estos proyectos se ejecutan con la debida celeridad, lo que puede servir de ejemplo. Y no como en Quito que las obras duran eternidades con la consiguiente molestia.