Siguiendo los pasos de Juan Pablo II, Benedicto XVI se ha reunido con millones de jóvenes en Madrid, para llamarlos a plantearse objetivos grandes y buscar la verdad en un mundo relativista. Se habla de más de dos millones de jóvenes soportando el calor y la lluvia, pero gritando con entusiasmo para mostrar su apoyo y cariño al romano Pontífice. Sin contar con tantos otros millones que lo hemos seguido en vivo, paso a paso, desde nuestras casas, gracias a los medios de comunicación. No han faltado las críticas y los ataques, las “dudas respecto del Papa para los creyentes de hoy”. Qué pena que en lugar de ver lo positivo, hay gente que se empeña en buscar e incluso inventar puntos negativos para dar lugar a la duda y a la crítica. Más allá de lo que se pueda decir, los hechos vividos y los frutos de Madrid serán la muestra de la confianza y respeto que Benedicto XVI ha ganado en sus años de pontificado. Al principio lo vimos como tímido y desconocido; para la mayoría de nosotros, Juan Pablo II fue el único Papa que conocimos, pero con el tiempo su cercanía, sus mensajes, su preocupación por la juventud lo han convertido en alguien cercano y ejemplar a quien esperamos ver en persona dentro de dos años en Brasil.