Colectividad política jurídicamente constituida es Estado. Este personifica a la Nación. Esta es ámbito geográfico de colectividades humanas de variada procedencia étnica y cultural, con propia identidad histórica, religiosa, de idioma, tradición y costumbres, sentimiento y conciencia nacionales, propuestas a alcanzar los altos objetivos comunes. El Estado está organizado con atribuciones decisorias de última instancia, para satisfacer los anhelos colectivos del pueblo. “No habrá Estado -dice el tratadista Georges Burdeau- mientras el Poder esté meramente individualizado, no se unifiquen jurídicamente sus condiciones existenciales, no desaparezca el riesgo de arbitrariedad y abuso en los que mandan, no se respeten los derechos de los que obedecen, ni se estimule su conciencia de solidaridad en el Derecho y el bien común”. El Estado depende de la Nación y no al revés,
como ocurre en un modelo autócrata y totalitario. Nuestra Constitución proclama un Estado democrático, dependiente de la Nación, esto es, del pueblo ecuatoriano.