“El derecho de expresar sus pensamientos y opiniones, de palabra, por escrito o de cualquier otro modo, es el primero y más inestimable don de la naturaleza. Ni aún la ley misma podrá jamás prohibirlos”. Simón Bolívar.
Me refiero al 10 de Agosto, gesta libertaria que se pagó con la vida misma por parte de los patriotas de aquella época, fuimos testigos de la exposición presidencial, en aquel lugar que debe ser por excelencia la expresividad de la moral de la República; sin embargo, en la conciencia social quedará presente, no la prudencia ni la acerada energía del estadista, sino la razón del conflicto incomprensible con el progreso y desarrollo que requiere la patria de nuestros antepasados, inexplicable un egoísmo exclusivamente individualista que nos condena al terreno infértil del enfrentamiento cuando la hora exige actuaciones pluralistas. En consecuencia estamos frente a un sistema de gobierno que hace de su accionar la suma de la inestabilidad política. El amor a la patria, a las leyes, a la libertad y la justicia deben ser las nobles pasiones que debe absolver el alma de un republicano.