Muy lamentables los niveles de alcoholismo a los que los ecuatorianos estamos llegando, se estima que esta enfermedad se ha convertido en un problema de salud pública y las repercusiones son cada vez más dramáticas: intoxicaciones, accidentes de tránsito, familias destruidas, pérdidas laborales, abandono de estudios.
Todas estas causas hacen de este mal una pandemia, que de no prestarle la debida atención, nos estaría llevando irreparablemente a postergar nuestros deseos de superación y si no, basta ver lo que está ocurriendo con la juventud que está ingiriendo bebidas alcohólicas con gran frecuencia y lo penoso, a más temprana edad.
Por experiencia particular, quiero sugerir a las personas que acepten tener dificultades con la bebida o en su entorno tengan familia o amigos que padezcan de este mal, tomar contacto con los grupos de alcohólicos anónimos si quieren dejar de beber, ya que en este sitio, como yo, muchas personas alrededor del mundo aprendimos a decir no al primer trago, y a recuperar el sano juicio.
El único requisito para ser miembro de esta comunidad es tener el sincero deseo de dejar de beber, el resto con paciencia y mucho amor los alcohólicos anónimos lo ayudarán a salir de este penoso mal.
Todos merecemos una segunda oportunidad y esta fue la mía y puede ser la suya. Los gobernantes bien harían en vez de cerrar cantinas hacer planes de prevención.