Hay cinco bancadas en la flamante Asamblea. Cada una con sus particularidades. Sus acciones mostrarán cuáles son sus intereses, más allá de los lejanos días de las elecciones, cuando fueron electos.
Su prólogo lo vivimos en vivo y en directo. La Asamblea no podía conformar una mayoría para elegir a su titular. Puesto importante, porque bajo su batuta, se dan las intervenciones de los legisladores y se manejan las agendas del día. En su elección, se mostraron los estilos de política de las bancadas.
Por una parte, el PSC, mostró su rostro perfilado con l a ‘realpolitk’ o, en su defecto, un pragmatismo para alcanzar sus objetivos. El último presidente de la Legislatura de esa tienda política fue Heinz Moeller, quien estuvo en el cargo entre febrero de 1997 y agosto de 1998, es decir, desde hace 22 años y nueve meses.
Para crear mayoría y nombrar a Kronfle, el PSC tuvo que llamar a un acuerdo a Unes. Jaime Nebot y Rafael Correa confirmaron que se reunieron telefónicamente con Lasso para finiquitar el acuerdo con el que el socialcristiano Henry Kronfle sería el titular de la Asamblea. En adelante, la bancada del PSC será oposición dura, su buró sancionará a quienes colaboren con Lasso.
El caso del correísmo ha actuado con pragmatismo. Si para el socialcristianismo era básico tener la presidencia, para Unes su principal agenda es el retorno de su líder, Rafael Correa, quien está condenado en firme a ocho años de cárcel por cohecho. Ese papel ya lo hemos visto con los congresistas y asambleístas leales a Abdalá Bucaram, cuyo eje programático giraba en torno al retorno de su líder exiliado en Panamá. Así ha partido la negociación de esa bancada, que propone una ‘Comisión de la verdad’, para ejercer presión política en la Justicia, para que se revean los juicios de sus principales cuadros. Quedan en segundo plano las leyes y la legislación.
La tercera bancada en análisis es la de Minka por la Vida, conformada por Pachakutik (PK) y la Izquierda Democrática (ID). La posición gravitante de PK, de no negociar con nadie, provocó que las otras bancadas se movieran por fuera, buscando la presidencia. Pero esa tozudez de no negociar, que parecía una debilidad, resultó ser su fortaleza, porque cuando el oficialismo se bajó del acuerdo con el correísmo y con el PSC, regresó sus ojos a esta fuerza. Ahora, con la Presidencia de la Legislatura en sus manos irán por varias reivindicaciones ecológicas y sociales, que abarrotan su discurso político.
La quinta bancada es la del oficialismo. Están 12 asambleístas de Creo y nueve independientes. Su postura será colaborar para que PK-ID logre cristalizar sus propuestas y bregar para que Lasso inicie su gobierno con una batería de leyes urgentes para iniciar su gestión. La pregunta del millón es ¿cuánto durará esa alianza? Porque tan difícil será cogobernar con PK que tenerlos de oposición.
Así va la novela de la Asamblea: cinco bancadas, un camino, la gobernabilidad. (La bancada fantasma, la de seis independientes será clave. Ellos jugarán su propio partido para formar las mayorías en el resto de la administración).