Hay seres que han sido ejemplo en la historia cuando les ha tocado el rol de jueces, desde Salomón, que fue el precursor de la inferencia judicial cuando construyó un fallo correcto sólo de la evidencia del renunciamiento de una madre a cambio que viva su hijo, hasta el juez mexicano que diera lugar al nacimiento del amparo a los derechos cuando bajara de su despacho al observar que un preso iba arrastrado ante su pelotón de fusilamiento y, luego de apresurada carrera, alcanzara a colocarse frente a las bayonetas prohibiendo disparar hasta que se siga un debido proceso y tantos otros que son modelo de lo que un juez debe ser: inteligente, culto, honesto, valiente y dotado de autoestima como persona digna. Son las cualidades necesarias para ostentar autoridad ante sus congéneres y ser reconocido como legítimo adjudicador de derechos.
¿Quiénes son en el Ecuador de hoy? Hay otros que deshonran el cargo siendo taburetes del poder, simples títeres con toga que estampan la firma por orden del titiritero, que se dicen autoridades, pero sólo son membretes personificados. Estos jamás podrán garantizar los derechos de nadie ni requerir el respeto de los demás. La persona no adquiere valor vía forjamiento de méritos para ocupar cargos ni, tampoco, actuando por miedo canino al Amo recorriéndole el lomo. El valor se atribuye al ser que destaca por sus virtudes altivas y no por sus genuflexiones serviles. Un juez tiene valor cuando se vincula al Derecho y se distancia del Poder, cuando se impone rebelde a las instrucciones o amenazas, cuando se niega a recibir paga por ejecutar iniquidades cuando, en fin, mujer u hombre de acendrada dignidad es consciente de su fuerza letal para destruir seres, familias, instituciones en caso se convierta en alfombra que pisan el Jefe y sus huestes.
¿Quiénes son en el Ecuador de hoy? La ineludible justicia del día después dará cuenta de los que conforman los dos grupos, uno formado por los jueces que realmente cumplieron su deber y, otro, por los energúmenos que se postraron ante el poder. Los primeros que se resistieron a ser armas eficaces contra sus congéneres y los segundos que guillotinaron sin miramiento a los inocentes en nombre de la venganza, el interés o el odio. En esa transición la justicia dará su veredicto, el tiempo presente sirve para recopilar las pruebas anticipadas constituidas por los fallos dictados cotidianamente y es este acervo inobjetable el que servirá para reparar las atrocidades que se cometen por día, humanamente trágicas, nubladas bajo el velo confeccionado y ornado con el folclórico maquillaje oficial.
El día después de las sombras, cuando se conozca el veredicto de la justicia a reinstalarse en nuestro país, sabremos quiénes son los jueces en el Ecuador.