Persistencia retiniana

Textos breves sobre cine. Twitter: @andrescardenasm. Instagram: @andrescardenasmatute

Andrés Cárdenas Matute, autor del blog Persistencia Retiniana

Andrés Cárdenas Matute

Estudió periodismo en Ecuador y Chile. Ha escrito para periódicos y revistas de Ecuador, Colombia y España. Actualmente vive en Italia, en donde realiza estudios de doctorado sobre filosofía del cine.

Joker (2019)

En internet circulan varias teorías que explican el tristísimo trastorno –que a Joaquin Phoenix le ha valido ya varios reconocimientos– del cual es víctima Arthur Fleck: aquel que en momentos de estrés le hace explotar en risas descontroladas, puramente mecánicas, que están lejos de ser la manifestación de su estado interior. Pero este síntoma es solo la punta del gran iceberg de desgracias –familiares, biológicas, médicas, sociales, laborales– que darían forma al pasado de Joker. Nos quedó claro que Todd Phillips no es Christopher Nolan. En cuanto a tejer la biografía que daría cuenta del criminal más impredecible de Gotham, el primer director y guionista prefiere un diagnóstico puramente médico, científico, comprensible, que acumule los golpes suficientes para determinar su comportamiento. En cuanto al relato político, nos ofrece el maniqueísmo entre la subversión general, que toma como símbolo a un asesino de niños ricos, frente al bando de la familia Wayne, lógicamente, millonaria e insensible. En este marco, como dijo A. O. Scott, el principal crítico del The New York Times, parece que Arthur Fleck solo puede encontrar una especie de integridad al abrazar el mal radical. Ya queda lejos ese antiguo Joker de Heath Leger, dueño de una moralidad ambigua, siempre buscando quebrar las convicciones de Batman y de la gente común. Ese Joker que nos mataría con un lápiz si nos atreviéramos a tener lástima por su vida.