Cuando escribo esto todavía no se han entregado los premios Oscar, a los que “CODA” es seria candidata. Aunque “El poder del perro” lleva la delantera, la película de Sian Heder puede beneficiarse del voto preferencial: una metodología que castiga a la película que, aunque fuera la más votada, genera rechazo en algún sector, mientras que premia a la consigue ser de gusto más generalizado. A dos de mis críticos favoritos –Fernanda Solórzano y Nando Salvá– no les ha gustado. Es verdad que se trata de una historia de superación mil veces vista, que va con descaro a buscarte la lágrima, sin mostrar demasiado interés por ningún tema en particular. Ruby es una chica joven, la única de su familia que puede oír (CODA significa, en inglés, hija de adultos sordos). Le han hecho bullying desde pequeña, le gusta el chico guapo del colegio y quiere estudiar canto –nada menos– en Berklee, aunque no tiene dinero. ¿Dejará a su familia, que la necesita como intérprete, para seguir una carrera a la que tiene talento? ¿Sus padres estarán dispuestos a dejarla ir? Hay que aceptar que si estás despistado y te ponen “Both Sides, Now”, de Joni Mitchel, mientras ves cómo un rudo padre pescador mira crecer a su hija haciendo maravillas con una voz que él no escucha, quizás puede vencerte. Pero eso no debería ser suficiente para ganar Sundance. Ni para, después, ser la primera película de una plataforma de cine por internet en ganar el principal premio del año.