La discusión sobre el aumento del salario básico unificado (SBU) en el 2020 inicia esta semana. La idea es que el valor vaya al ritmo que va la economÃa, pero en este tema lo polÃtico prima, a veces, sobre la técnica.
Visto desde lo técnico uno de los indicadores que permite medir cómo va la actividad económica es la inflación y, por eso, es un indicador clave para definir el aumento salarial. EspecÃficamente se tiene en cuenta la variación de precios de noviembre pasado, que se ubicó en apenas el 0,04%.
Eso refleja que el consumo de los hogares sigue contraÃdo. Si la gente compra menos, las empresas no pueden colocar su producción y eso, al final, afecta el empleo.
Con ese escenario no habrÃa más remedio que mantener congelados los salarios durante el próximo año.
De hecho, tras una encuesta realizada este año a 191 empresas, entre nacionales y multinacionales, la firma Deloitte Consulting proyecta que para el 2020 el SBU subirÃa a USD 395; es decir, apenas USD 1 más que la remuneración vigente. Para la proyección se analizaron cuatro elementos: la canasta básica familiar, la tasa de inflación, el crecimiento de la economÃa y el salario básico vigente. Según el estudio, aparte del SBU, la mayorÃa de las empresas encuestadas prevé incrementar las remuneraciones para el resto de trabajadores (que ganan más del básico) en un promedio del 2,5% el 2020..
Pero los trabajadores pedirán un ajuste mayor; algunos ya han hablado de USD 20 de aumento. Los empresarios, por su parte, argumentarán que este año ha sido de estancamiento económico y que los números no dan.
Con posiciones tan polarizadas, un acuerdo se avizora difÃcil. De esta forma, el tema quedará otra vez en manos del Gobierno, que podrÃa presionar para subir el salario más allá de la inflación. Es necesario que los actores polÃticos analicen no solo el impacto polÃtico de la medida sino el efecto que esto pudiera tener en la competitividad del paÃs e incluso en los propios indicadores de empleo.