La vida útil del transporte público en Ecuador aumentó con las reformas

Un bus pasa los chequeos en el Centro de Revisión de Guamaní, en el sur de Quito. Foto: Galo Paguay / EL COMERCIO
Las reformas a la Ley de Tránsito, aprobadas el pasado 30 de abril, también incluyeron cambios en cuanto al tiempo de vida útil de los buses, taxis, camionetas o furgonetas.
Actualmente rigen lineamientos que deben cumplir los vehículos de transportación pública y comercial.
Por ejemplo, la vida útil de un bus interprovincial es de 20 años; mas, con los cambios introducidos por los legisladores, las unidades podrán trabajar cinco años más. Pero el Ejecutivo dirá si lo avalado por la Asamblea queda en firme o no.
¿Por qué se tomó la decisión? El asambleísta y presidente de la Comisión Ocasional de Tránsito que tramitó estas reformas, Fafo Gavilánez, confirmó que esto fue un pedido de los gremios de la transportación. Entre las justificaciones que presentaron los dirigentes estuvo “que muchos no podían cambiar de unidades por las pérdidas económicas generadas en la pandemia”.
El gerente de la Unión de Taxis de Pichincha, Carlos Brunis, indicó que el plazo beneficiará a “una cantidad mínima de compañeros”. En esta agremiación no hay datos sobre el número de unidades que cumplieron o están por cumplir la vida operativa. Para el dirigente, existe un compromiso para mantener las unidades en buen estado. “La seguridad al usuario estará garantizada”.
La disposición transitoria septuagésima quinta de las reformas, que establece la prórroga, dice que las entidades de regulación, planificación y control de tránsito “vigilarán las condiciones de seguridad, opacidad y otros factores”, para evitar “riesgos en contra de la vida y la salud del usuario”.
Allí también se establece que los vehículos que se acojan a este plazo deberán cumplir el proceso de chequeo técnico en los centros de revisión autorizados del país.
Los daños mecánicos y las fallas en los sistemas electrónicos, de frenos o de dirección están en el puesto 18, dentro de las 27 causas que más incidencia tienen para que ocurran accidentes, según documentos oficiales de la Agencia Nacional de Tránsito (ANT).
En un informe que en el 2016 emitió la Agencia Metropolitana de Tránsito (AMT-Quito) se establecieron las tres causas frecuentes por las cuales los autobuses no aprueban la revisión técnica en el primer intento: la emisión de gases contaminantes, fallas en el sistema de frenos (estado de las zapatas) y daños en la suspensión (amortiguadores). El personal de los centros de revisión indica que la tendencia se mantiene en la actualidad.
Los datos oficiales señalan que las unidades suelen tener graves desgastes en las zapatas, por los cientos de kilómetros que recorren. Cada día, un bus puede superar los 200 km de recorrido; y al año, los 48 000. A diferencia de los 30 000 km anuales que, en promedio, recorre un automóvil. De los 2 820 buses que sirven en Quito, unos 500 podrían ampliar su vida útil, debido a las reformas que amplían esa vigencia. El cálculo lo hace Jorge Yánez, presidente de la Asociación de Empresas de Transporte Urbano de Quito.
Explicó que la mayoría de cooperativas hace el mantenimiento necesario. Dice que en la empresa Trans Latinos, que también dirige, llevan un registro digital de cada unidad, las reparaciones que ha tenido y las fechas en las que le toca cambiar piezas o filtros de aire, aceite y plumas.
Indicó que para el transportista es beneficioso cambiar de una unidad fabricada hace 20 años a una actual. “Hay menos costos en mantener un bus nuevo”. Dijo que esta reforma es un “atenuante” para los transportistas que no tienen ingresos por la pandemia.
Para la Fundación de Víctimas de Accidentes de Tránsito (Cavat), estas reformas “no tienen el suficiente análisis técnico”. Kléber Almeida, uno de los analistas de esta organización, mencionó que el transporte público y comercial tiene “un desgaste mayor que otro tipo de vehículos”. La aplicación de la normativa “podría influir para que exista un mayor nivel de accidentes”.