El polémico de la semana. Sandro Vallejo. Registrador de la Propiedad.
El 7 de julio pasado, el Concejo Metropolitano posesionó a Sandro Vallejo Aristizábal como registrador de la Propiedad. Era la primera vez que el Municipio nombraba a ese funcionario. En el acto, Vallejo dijo que su meta es mejorar la atención y lograr un Registro seguro, confiable y eficiente. Desde entonces, la realidad demuestra que sus palabras se han desvanecido.
Hasta ahora, lo que se ha visto son largas filas de personas que cada día pugnan por un turno; incesantes reclamos por las demoras y hasta forcejeos de los usuarios con los policías nacionales y metropolitanos, en su afán de traspasar la puerta de vidrio que divide a la calle de la sala de espera.
También ha ocurrido lo que los usuarios han calificado como intolerable. Los ejemplos al canto. Desde el 15 de junio, Jorge Alarcón ha ido a la dependencia todos los días laborables y ha regresado a su casa despechado por la acumulación de personas. A Rodrigo Yépez, por tres ocasiones, le han dicho que vuelva en ocho días por su certificado de gravamen. Y a Juan Borja le entregaron, 35 días después, el certificado de gravamen, pero caducado.
Sobre las pérdidas económicas, los testimonios también son preocupantes. Alexandra Andrade trabaja en una empresa constructora y tiene 15 créditos paralizados por el retraso en la entrega de certificados. Ángeles Samaniego debe pagar una penalización de USD 2 000 semanales, por no cumplir con la promesa de compraventa de su departamento. En conclusión, se corre el riesgo de entorpecer los cambios de propiedad y de hacer fracasar negocios inmobiliarios.
Ante la ola de reclamos y de quejas, las respuestas del Registrador de la Propiedad han sido, hasta cierto punto, previsibles: contratar a más personas, pedir un plazo de ocho semanas para estabilizar la atención y culpar a la administración anterior por el sistema informático. “Este proceso de transición no es de un día, es de bastante tiempo”.
Los problemas ocasionados en la atención a los ciudadanos demuestran que al Municipio le faltó preparación para asumir la competencia. Así lo ratifica Hermel Flores, presidente de la Cámara de la Construcción, en una carta dirigida al alcalde Augusto Barrera. “A nuestro criterio, la decisión del Municipio de asumir las funciones del Registro de la Propiedad no fue acompañada de consideraciones elementales de preparación…”.
El Cabildo asumió la administración del Registro de la Propiedad amparado en la Constitución y en la Ley de Registro de Datos. Era de esperarse que el cambio generara preocupación y malestar en los empleados. La razón: hasta junio, ellos ganaban según el número de solicitudes despachadas, ahora están sometidos a una remuneración fija, como lo establece la Ley de Servicio Público y Carrera Administrativa.
Pudiera ser que el descontento también esté incidiendo en la mala atención, pero tampoco se tomaron las respectivas previsiones. Ya se han desvinculado cinco empleados que cumplían la función de certificadores.
Para Vallejo, este tema sensible redujo la capacidad de atención en la entidad. La incidencia fue tal, que hasta el momento están represados 14 000 trámites.
El área más saturada es la que entrega los certificados de gravámenes. La desesperación se acentuó en los directivos de la Cámara de la Construcción, quienes solicitaron al Alcalde que declare en emergencia al Registro de la Propiedad, “con el fin de que se destinen los recursos económicos, materiales e informáticos para que mejore la atención al público”.
La petición no tuvo acogida. Vallejo aseguró que se está diseñando un nuevo esquema de información para el ciudadano. El fin es que el usuario no tenga que llegar a la ventanilla para enterarse que el documento que solicitó aún no está listo. “Es necesario establecer plazos reales de entrega. Pedimos disculpas y comprensión, porque es un tema que no corresponde a definiciones, sino a una transición”.
Hasta tanto, el usuario seguirá haciendo fila, inclusive en las aceras de las calles Ulloa y Murgeón; y en la saturada sala de espera persistirán los rostros de enojo y desconsuelo. Habrá que esperar ocho semanas más para ver si las alternativas propuestas fueron acertadas y eficientes.
El Municipio debe tomarlo como una experiencia para tenerla en cuenta a la hora de asumir nuevas competencias. Lo lógico es que el proceso de transición sea pensado y no apresurado. Unas 1 200 personas llegan a diario a realizar un trámite. Esas personas tienen que soportar el intenso sol o la inclemente lluvia, y asumir la factura por la pérdida de tiempo.
Su hoja de vida
Fue Jefe del Área de Asesoría Tributaria de la Dirección Financiera Municipal, Director Financiero Tributario del Municipio y consultor en materia
tributaria. También ha sido negociador.
Lo que dijo
“Mi meta es mejorar la atención y lograr un Registro de información seguro, confiable y eficiente”, lo dijo cuando era posesionado por el vicealcalde de la ciudad, Jorge Albán.
Lo que hizo
Promover la contratación de más personal para mejorar la atención. Dejar que se represaran 14 000 solicitudes por la reducción de la entidad en la capacidad de atención al público.