La década de los 70 supone el fin de las dictaduras y el inicio del más largo período democrático de la historia republicana.
Finalizados los gobiernos de facto, los últimos años de la década abrían paso al sistema de partidos políticos y un referendo para elegir una Constitución, la de 1978. Esta etapa arranca con 17 partidos políticos que se inscribieron ante el otrora Tribunal Supremo Electoral.
Entre ellos estaban organizaciones que hoy ya no configuran el mapa electoral y son recuerdo de un tiempo en que las actividades políticas eran de masas, pero poco a poco la televisión reemplazaba al balcón y al púlpito. Concentración de Fuerzas Populares, Partido Liberal, Partido Conservador, Izquierda Democrática, Frente Radical Alfarista, Democracia Popular (no fue reconocida de inmediato), el Partido Social Cristiano, el Frente Amplio de Izquierda y el Movimiento Popular Democrático fueron los referentes de las disputas políticas de aquellos años.
Pero no solo los partidos políticos tienen espacio con el retorno de la democracia. La apertura política incluye una libertad para que los movimientos sindicales, fundamentalmente, pero también los sociales comiencen a tomarse las calles para expresar sus demandas ante los gobiernos.
Son herederos de los años 60, pero recuperan su labor en los 70. En 1962, aparece la Confederación Ecuatoriana de Organizaciones Sindicales Libres. Más adelante, esta y dos centrales más se unieron para formar el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), en 1980.
Quito también fue la cuna de la consolidación oficial de otras organizaciones, como la Confederación de Nacionalidades Indígenas del Ecuador. Como relatan en su portal oficial, en noviembre de 1986, se constituyó durante un congreso, en el campamento Nueva Vida. También resurgen con fuerza los gremios estudiantiles, como la Federación de Estudiantes Universitarios del Ecuador (FEUE) y la de estudiantes secundarios (FESE).
Y así como la capital ha visto surgir agrupaciones, también ha sido el escenario de la inconformidad de estas. Desde 1978, se han dado cuatro grandes marchas, como las ha calificado el rector saliente de la Universidad Andina Simón Bolívar, Enrique Ayala Mora.
La una ocurrió durante la transición al sistema constitucional, después de la matanza de los obreros en el ingenio Aztra. En 1982, cuando el presidente de turno, Osvaldo Hurtado Larrea, hizo ajustes por la crisis económica que atravesaba el país. Las dos movilizaciones restantes se dieron en 1987, en la época de León Febres Cordero” y en la de Jamil Mahuad, antes del feriado bancario.
Quito no siempre fue el punto de encuentro para las protestas. Entrado el siglo XX, el descontento de la población se daba en cada localidad. En el caso de la capital, por ejemplo, el Día del Trabajo se conmemoraba con veladas y no con marchas. El punto de concentración de los trabajadores era la Casa del Obrero, espacio que actualmente pasa casi desapercibido a unos metros de la Plaza del Teatro, en el centro.
Por otro lado, como parte de los procesos políticos surgieron publicaciones como la revista Nueva, que circulaba desde inicios de los 70 hasta los 80. Paz y Miño incluso la considera como una de las más importantes que ha tendido el Ecuador. El análisis y la reflexión formaban la línea de las publicaciones.
Los partidos políticos también tenían sus publicaciones para difundir sus propuestas y críticas. Eran los denominados “órganos oficiales” de partidos que no tenían personería jurídica ante el Tribunal Supremo. El Partido Comunista tenía El Pueblo y el Partido Comunista Marxista Leninista del Ecuador, Marcha.
Y nació un nuevo periódico: diario Hoy, en 1982. El diario llegó a las calles con color, sacudiendo a los lectores. Fue uno de los medios en poner en la palestra el análisis del poder y la democracia. Pero, así como la capital lo vio surgir, fue testigo de su final, en 2014.
Ese fue el escenario político en los años de la democracia ecuatoriana que se mantiene hasta estos días con modificaciones. Del sistema de partidos políticos se saltó al de los movimientos, tanto nacionales, provinciales y hasta locales. El Consejo Nacional Electoral tiene registradas 152 organizaciones políticas.