Volver a empezar y con una economía más ajustada. Así es para Marina Encalada el inicio del año escolar, que se aproxima en el ciclo Costa-Galápagos.
Lo dice porque deberá comenzar de cero en algunas cosas: comprar nuevos uniformes y zapatos porque sus hijas crecieron; renovar las mochilas; la lista de libros para clases presenciales aumentó; también la de útiles. Además, pidieron a los alumnos un galón de cloro.
“En estos dos años de clases virtuales no hubo tantos gastos; ahora nos cayeron de golpe”, dice esta madre. Para libros, cuadernos y otros artículos necesita USD 300.
La cuenta regresiva de vuelta a las aulas -desde el 6 de mayo- se siente en librerías, papelerías y almacenes de uniformes del centro de Guayaquil. Familias enteras cotizan y adelantan las compras.
Una lista completa de útiles, en promedio, está en USD 80. Ese es el balance de Almacenes Estuardo Sánchez, que tiene una sección exclusiva de materiales educativos.
Karen Álava es la supervisora de la matriz, ubicada junto al Mercado Central, donde en las últimas semanas pasaron de 1 800 clientes por día a 2 500. “Algunas listas incluyen hasta 12 cuadernos y los padres optan por lo más económico”.
Las opciones de marcas y precios son variadas. Hay cuadernos grapados en USD 0,60 y otros con diseños en USD 4. También hay ofertas como mochilas en USD 9,99, y descuentos de hasta el 50%.
En Librería Coquito, a pocas cuadras, optaron por rematar marcadores y otros productos que adquirieron para la temporada 2020. Estuvieron embodegados por la pandemia. Aquí las listas completas promedian los USD 60 y su administradora, Ana María Yépez, dice que los precios se han mantenido. “Solo las resmas y cuadernos han subido porque hay desabastecimiento de papel. Un cuaderno pasó de USD 1,10 a 1,35”.
¿Hay límite en los precios de los útiles escolares?
En 2017, un acuerdo impedía que el costo de útiles, libros y uniformes requeridos por planteles particulares y fiscomisionales no pasaran de un salario básico. La disposición ya no está vigente, no hay un límite claro, pero Doris Guamán, subsecretaria de Apoyo, Seguimiento y Regulación de la Educación, explica que los establecimientos deben publicar los valores referenciales.
Las listas para inicial son las más costosas. Kimberly Llerena llegó en busca de cartulinas, carpetas, témperas, plastilinas… “Han pedido más de 40 artículos y cinco libros”. En cambio, Kerly Gómez salió cargada con fundas de otro almacén. Los materiales para su pequeño, que también empezará inicial, le costaron USD 90. “Son útiles para el desarrollo de la motricidad”. Para cubrir el gasto recurrió a su tarjeta de crédito.
Sonia Zurita es maestra de Finanzas de la Escuela de Negocios de Espol y antes de comprar recomienda hacer un presupuesto que tome en cuenta que se retoman gastos suspendidos durante dos años de clases virtuales.
Hay que hacer un ‘borra y va de nuevo’, y sentarse a sacar rangos generales, según el número de hijos: matrícula, mensualidades, transporte escolar, mesada, útiles, uniformes… Y hacerlo antes de cruzar la puerta e ir a comprar”.
Los libros son una cuenta adicional. Algunos planteles particulares piden entre cuatro y 10 textos. El hijo de Victoria Delgado va a sexto de básica; ella cree que gastará más de USD 100. “En la lista de este año hay nueve libros”.
Al presupuesto hay que sumar el costo de uniformes. La fachada de Confecciones Astrid es una vitrina al paso, como otros tantos negocios cercanos al Mercado Central. Astrid Chancay recuerda que cuando volvieron, tras el confinamiento, solo llegó un cliente; ahora atienden a más de 50 al día.
La mayoría pregunta por camisas -entre USD 5 a 7- y conjuntos para gimnasia -en USD 10-. “En dos años de pandemia los niños han crecido -cuenta la propietaria-. Los padres tratan de adaptase y por ahora piden lo más básico, como un pantalón y dos camisas”.