Han pasado 10 días desde la posesión del Presidente de la República, Guillermo Lasso. El tiempo, variable con la que se inicia este análisis, es la variable con la que el nuevo Mandatario y su entorno más cercano deberán ser alquimistas, forjadores y estadistas para lograr asentarse en la administración pública.
Tarea épica, por las mismas cotas impuestas por el mismo presidente Lasso. En la entrevista realizada por este Diario antes de la primera vuelta, hablaba de crear en los primeros 100 días de su gobierno empleo mediante la optimización de las empresas estatales. Apuntaba a un déficit cero a finales de su primer año de Gobierno. Ahora, la prioridad es la vacunación, una propuesta tejida en la segunda vuelta.
En una entrevista publicada este domingo, Andrés Vallejo, expresidente del Congreso y exministro de Gobierno de Rodrigo Borja, mostraba su desavenencia con ese periodo de los primeros 100 días de un gobierno. Dice que lo objetivo para medir el impacto de las políticas públicas debería ser mínimo seis meses. Sin embargo, Vallejo cree que el nuevo Régimen debía centrarse en un proyecto preciso, desde el punto de vista estratégico, y no apuntar a muchos frentes, dado el corto tiempo que significan los 100 días, que debería ser el de la vacunación contra el covid-19.
Y, mientras tanto, hay posiciones burocráticas que deben ser ocupadas. La falta de cuadros es uno de los problemas que tiene que sortear el Presidente. Hay requisitos legales que deben cumplir y, por esa misma razón, el anunciado Ministro de Energía no pudo integrarse al equipo de Gobierno. Los nombramientos de ministros y mandos medios son un dolor de cabeza para cada gobierno, el mismo Rafael Correa tuvo ese problema, que lo fue minimizando en la práctica por dos razones: la primera es que hizo las movidas legales para comprar renuncias a los burócratas para ubicar a su gente aparecida en campañas; y la otra es que, con 10 años continuos en el poder, simplemente esa crisis se vivió al inicio y luego se mimetizó pues no había transiciones ni nada parecido.
No es fácil poner a cientos de personas en cargos clave del gobierno. Primero, que tengan el nivel de confianza del Presidente o de, al menos, alguien cercano a su círculo próximo. Por otra parte, deben ser personas con la disponibilidad para hacerlo. El mercado laboral privado es demasiado competitivo con respecto al del sector público. Los sueldos no son los mismos, y el elegido para el cargo debe, en muchas ocasiones, elegir el servicio a la comunidad frente a una mejor remuneración del sector privado.
Parecería que no hubiesen pasado los días tan pronto, quizá los constantes confinamientos por la pandemia influya en la percepción del tiempo, pero las cosas son así, y cuando menos se lo espere llegará el día 101, entonces el Gobierno deberá rendir cuentas sobre la vacunación para el covid-19. Será retórica vs. hechos. Será ver cómo se solucionaron las vacantes de mandos medios y de los puestos de toma de decisiones del día a día, donde la mano del Presidente, por más que así lo quisiera, no llega.