El director Roman Polanski no acudirá este 28 de febrero del 2020 a la gala de los premios César del cine francés por las acusaciones de violación en su contra. La actriz Brigitte Bardot lo defendió en Twitter. Foto: EFE.
Brigitte Bardot, actriz que fue mito erótico de los 60, salió este viernes 28 de febrero del 2020 en defensa del cineasta franco-polaco Roman Polanski, acusado de violación y que no acudirá a la ceremonia de entrega de los César del cine francés pese a que su película ‘J’accuse’ opta a doce galardones.
“Afortunadamente Polanski existe y salva al cine de su mediocridad“, indicó Bardot en su cuenta de Twitter, un día después de que el director anunciara que no iría a la gala para huir del “linchamiento público” del que se siente víctima.
Dedicada a la defensa de los animales, causa a la que reserva sus escasas apariciones mediáticas, Bardot ya había roto ese silencio en los últimos años para criticar a los grupos feministas del país, los mismos que han puesto a Roman Polanski en su punto de mira.
“Le juzgo por su talento y no por su vida privada. Lamento no haber rodado nunca con él. ¡Viva Roman!”, agrega la exactriz, en un mensaje manuscrito que cerró con su firma.
Las doce nominaciones de Polanski han sumergido en la polémica a la ceremonia de los César, cuya gala se celebra esta misma noche.
Ante las últimas acusaciones de violación que pesan sobre el director, que se añaden a las viejas causas que arrastra en Estados Unidos, todas ellas negadas por el acusado, se alzaron voces en su contra.
“Premiar a Polanski sería escupir a la cara de todas las víctimas” porque supondría “decir que no pasa nada por violar a mujeres“, aseguró la actriz Adle Haenel, que tiene interpuesta una denuncia por agresión sexual contra el director Christophe Ruggia.
Una activista coloca un poster que combina las palabras violación y Polanski en el Salle Pleyel, donde se realizará la gala de los premios César. Foto: AFP.
Varias asociaciones feministas habían convocado manifestaciones a la puerta de la sala donde se entregan los premios, un ambiente eléctrico que se suma a la tensión que arrastra la Academia francesa, cuya dirección dimitió en bloque hace unos días tras ser acusada de falta de transparencia y de hermetismo.