Esta carta más que una crítica al gobierno actual, que está pensando en que su período termina, pretende orientar el accionar del próximo gobierno. Las elecciones se realizarán en 2021 y no podemos equivocarnos.
Los ofrecimientos de la campaña anterior se centraron en puntos importantes:
Cirugía mayor la corrupción: ¿Cuántos casos de corrupción han sido resueltos con claridad, sus culpables han sido detenidos con pruebas fehacientes de culpabilidad? y, sobre todo, ¿cuántos recursos producto de la corrupción se han recuperados? Penosa respuesta: ninguno; Generación de 1 millón de puestos de empleo: No se ha cumplido y, el país vive un desempleo camuflado de las dos terceras partes de la población económicamente activa, ya que el empleo adecuado está en el 37%; Construcción de 250.000 viviendas de interés social, si se han construido en un número ínfimo en relación con el ofrecimiento; Achicar el tamaño del Estado, han existido múltiples despidos, pero reemplazados, sin considerar la meritocracia sino la cercanía al gobierno o dicho popularmente “palancas”; Fomento a exportaciones y reactivación económica: todo lo contrario, un decrecimiento en el PIB y disminución de las exportaciones con una balanza comercial negativa, salvo excepciones puntuales; Lo más grave: un deterioro del bienestar de la población con falta de empleo, falta de medicinas, educación falta de calidad y una percepción de la población de pesimismo en casi un 80%; No al endeudamiento, tampoco ha cumplido.
El enfoque del gobierno es y ha sido “cubrir el déficit fiscal”, ajustar el endeudamiento y culpar de todos sus males y falta de gestión al anterior gobierno.
Un enfoque adecuado debería ser:
Cómo mejorar el bienestar de la población, empezando por crear nuevas fuentes de trabajo, generar oportunidades de desarrollo productivo, bajar las tasas de interés, eliminar el impuesto a la salida de divisas para generar competitividad y encontrar caminos de asociatividad productiva y aumento de las exportaciones; Cómo lograr que las instituciones del sector público cumplan su rol, con indicadores de gestión adecuados que permitan medir resultados; Lograr condiciones adecuadas que impulsen el emprendimiento, disminuyan las tasas de interés y generen competitividad; Devolver la alegría y esperanza al pueblo ecuatoriano con políticas de transparencia, donde exista realmente una honestidad de los servidores públicos, donde los corruptos si los hay sean minoría y se los sancione.
Pensar en servir y no servirse de los cargos públicos, busquemos un gobierno en pro del bienestar del país y de los ecuatorianos.
Pensemos en un líder que oriente su gobierno en estos puntos esenciales. ¡Viva la Patria!