Me refiero al juicio político, en la Asamblea, contra la ministra María Paula Romo. ¿Ha sido una ministra perfecta, 100/100?, no.
Si ha actuado con personalidad, no saca el bulto ni ha eludido temas, seguro que se habrá equivocado en varias ocasiones, pero no se la percibe como traficante desde el poder.
Correa desvalorizó al Ministerio de Gobierno, por décadas identificado por titulares que actuaban como “premier” o “primer ministro”. De ese cargo, salieron Carlos Guevara Moreno y Camilo Ponce Enríquez, entre otros.
Lo desmembró, porque además Correa era su propio ministro de la política. Llegó a usar a mandaderos o recaderos como ministros, en una multiplicación de ministros, secretarios de Estado, asesores, todos dando vuelta como en un carrusel.
Los problemas de la Policía Nacional cuando llegó María Paula Romo al Ministerio del Interior, agosto del 2018, en cuanto a equipamientos e infiltraciones eran muy graves. Sin escandalizar, los ha venido afrontando.
De que en un infame crimen de una joven en Ibarra, asesinada por su reciente pareja, el 19 de enero del 2019, la policía no supo reaccionar eficientemente y en forma oportuna, podrían ser acusados quienes en el momento debieron actuar -y esto sin dejar de considerar el entorno y sus riesgos- pero la acusación no es trasladable a la Ministra.
Otra cosa es que en el aspecto formativo de la Policía Nacional, esa hipótesis – y otras- de riesgo, debe considerarse.
Lo de los centros de privación de libertad es peor, pero de las inseguridades potenciadas por años, entre éstas el control por mafias, no es sindicable la Ministra, a menos que haya indicios de que los grupos mafiosos tienen vínculos de protección desde el Gobierno, lo que no se ha acusado.
El traslado en nave policial de María Paula Romo, al inicio del carnaval del 2019, cuando de Guayaquil fue a Salinas –marzo 2, día de Guaidó en esa ciudad- y luego viaje a Atacames, con su familia, podría estar en un claro-oscuro para el análisis político, pero el ningún ocultamiento del hecho por Romo, así como su explicación, es de reconocer.
Creo que María Paula Romo es una interlocutora desde el poder, no sólo para quienes coincidan con ella, sino también para sus críticos. Eso es ejercicio real de democracia.
Hay mucho que hacer en macro consensos en el Ecuador, para que los recientes días de octubre del 2019 no se repitan, hay factores que pueden transformarse en formas de violencia, hay delincuencia, la de los grandes atracos y la de los múltiples casos en la vida cotidiana, hay el peligro del ensanchamiento del poder de la droga, con multiplicación de organizaciones para delinquir. Ahí están parte de las prioridades del Ecuador, antes que cortar cabezas de los ministros.