La corrupción impide que la transparencia sea una realidad, ya que distorsiona los procesos electorales de las naciones y actualmente es un problema social, político y económico, que afecta a todos los países, especialmente de América Latina. Esto sucede debido a los compromisos que adquieren los gobernantes de turno, es así que, acceder a obtener contratos con el estado de manera transparente, es cada vez más difícil, pues estos contratos, antes de ser publicados, ya están comprometidos para beneficiar a allegados al Gobierno.
Varias naciones en América Latina han demostrado ser víctimas de esta problemática, una de ellas: México. Este país, años atrás, fue visto como uno de los más corruptos, debido a su gobierno y autoridades de la cúpula administrativa.
Otro país en el que pudimos ver este problema es Argentina, su ex mandataria estuvo vinculada a una serie de problemas como: lavado de dinero, cobro de sobornos a empleados y empresarios asociados a las obras públicas, fue acusada de ser la autora intelectual del asesinato a un juez, etc.
Pero lo que hizo de América Latina un ejemplo especial sobre gran corrupción es el escándalo protagonizado por la constructora Odebrecht; es la mayor constructora de Latinoamérica, pero también, una gigante en temas de dinero sucio. Es alarmante como cada día los medios de comunicación informan numerosos escándalos de corrupción y también de diversas acciones para contrarrestarla, pero esta problemática sigue en pie. La corrupción en América Latina ha llegado a niveles extremos, por lo que es necesario tomar medidas urgentes en el ámbito legal, político y económico a fin de transparentar procesos y castigar actos indebidos.