Mañana empieza uno de los eventos mundiales sobre Mujeres, derechos y empoderamiento más importantes del mundo. Se llama Women Deliver y, por primera vez se realiza en Canadá, en uno de los pocos lugares del mundo donde hay una política exterior y de cooperación feminista. Están inscritas más de 7 000 personas y asistirán más de 150 líderes mundiales por los derechos de las mujeres. Dos ecuatorianas participarán defendiendo los derechos sexuales y reproductivos y la lucha por el derecho al aborto por violación y trata de personas. Y parecería que hay espacio para el optimismo, pero este viernes, cuando tuve que participar en uno de los foros concurrentes tratando de explicar el embarazo adolescente en América Latina, éste simplemente desapareció.
Ahora mismo, miembros de la coalición latinoamericana de Niñas No Madres, representando a El Salvador, Guatemala y Ecuador, están presentando demandas ante la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra, por la violación de derechos de cuatro niñas entre 12 y 14 años, violadas y obligadas a dar a luz en las peores condiciones posibles, sin protección de sus respectivos estados. ¿Cómo explicar que América Latina es la región con el mayor índice de embarazo adolescente después del África subsahariana, a pesar del reciente boom económico, a pesar de la supuesta gran inversión social y las cuantiosas obras de infraestructura? Eso sin contar todavía a las niñas de 10 a 14 años que aún no entran en estas estadísticas del Fondo de Población de la ONU. Las consecuencias de esta epidemia social no son pocas. Pero no se necesitan demasiados estudios para entender el problema.
El verdadero rompecabezas es entender por qué los estados no hacen nada al respecto cuando este es un problema que hipoteca el futuro de América Latina en muchas y complejas maneras. Incluso los gobiernos que dicen ser de izquierda retroceden derechos, cuando es uno de los problemas sociales más acuciantes y que más afecta al quintil más bajo de la población, condenándola a generaciones de pobreza.
Tampoco es explicable la inacción en gobiernos neoliberales y de centro derecha que supuestamente defienden la libertad de mercado, pero no la personal e íntima de mujeres violentadas. ¿Cómo atraen inversión extranjera con realidades así? Detrás de esta crisis están gobiernos de todos los tintes políticos, que han sucumbido a presiones ultraconservadoras ,que han impuesto una visión de qué es la vida o cuándo empieza, por sobre cualquier sentido común, derechos o aspiraciones personales, especialmente de las más pobres. No importa cuántas conferencias internacionales y buenas intenciones existan, América Latina seguirá presa del subdesarrollo, mientras sus estados no defiendan a las más pobres y vulnerables y empiece a rescatar a miles de niñas que sufren violencia sexual y son obligadas a ser madres. Eso es lo de fondo.