Es un acierto del presidente Moreno colocar en despachos públicos destacados personajes, pero también es necesario informar sobre sus rasgos biográficos porque muchos los desconocen.
Fernando Daquilema (1846-1872) lideró el levantamiento indígena de 1871; fue el primer quichua en revelarse contra los abusos y la semi esclavitud, durante el gobierno de García Moreno.
La revelación de Daquilema estalló por el cobro de impuestos y diezmos y también por el decreto que obligaba a los indígenas a trabajar sin paga durante dos días en la construcción de obras públicas. “Mañana será para nosotros”, fue el grito que impuso y que todavía retumba en su comunidad natal de San Miguel de Quero.
Desde los primeros instantes de la sublevación de Cacha, que empezó en la tarde 18 de diciembre de 1871, Daquilema fue el eje de sus compañeros; los historiadores lo consideran descendiente de los duchicelas. El 8 de enero de 1872 fusilaron a Julián Manzano y Manuela León. Daquilema estuvo entre los doscientos detenidos en la cárcel de Riobamba. Un consejo de Guerra lo acusó de ser cabecilla del motín en la parroquia de Yaruquíes (donde lo nombraron rey) y de cómplice del asesinato del recaudador de impuestos Rudecindo Rivera; fue condenado a la pena capital, lo llevaron al centro de Yaruquíes para escarmentar a las comunidades indígenas; amarrado a un palo lo fusilaron el 8 de abril de 1872.
Ofrendó su vida por la liberación de los pueblos indígenas, razón por la cual hoy es considerado el líder para la constitución del nuevo Estado plurinacional; en Cacha le erigieron un monumento.