La volumetría es producto de factores como la funcionalidad y la iluminación natural. La zona de transición entre los dos bloques permite la iluminación de todos los espacios. Fotos: www.plataformaarquitectura.com
Estuvo nominado como uno de los favoritos de la categoría Edificios de oficinas del concurso ODA 17 (Obra del Año 2017), que cada año realizan los portales Plataforma de Arquitectura y Archdaily.
No quedó entre los tres ganadores, pero su fuerza arquitectónica impresiona a quienes lo observan. Emplazado cerca del Scala Shopping de Cumbayá-Tumbaco, el Edificio Halcón muestra, en 8 500 m², una amalgama de innovaciones, tanto arquitectónicas como constructivas, con mucho impacto visual.
Ubicado en Cumbayá, uno de los polos de mayor crecimiento poblacional y económico de Quito, se proyecta como un edificio de uso mixto compuesto por 48 oficinas de distintos tamaños, 17 locales (comerciales y restaurantes), estacionamientos subterráneos y un núcleo central compuesto de un bulevar interior, plazas elevadas, puentes, espacios verdes y miradores en los distintos niveles que lo conforman.
Sus diseñadores, TEC Taller EC, concibieron el proyecto partiendo de dos premisas fundamentales: el uso (entendido como programa integral) y el medio ambiental (ubicación y confort).
El Arq. Roberto Morales, uno de los dos directores del taller, expresa que el Halcón rompe completamente el paradigma del edificio de oficinas tradicional (núcleo central opaco y vidrio en las fachadas exteriores) generando transparencia en el interior del edificio y una sensible permeabilidad en el exterior.
La malla metálica perforada protege el interior del sol.
Se crean, así, zonas de transición y de encuentro entre dos puntos importantes del recorrido: la salida de la circulación vertical en las diferentes plantas y el ingreso a cada oficina.
Mientras en una oficina normal se realiza una forma individual de trabajo, el edificio propone zonas de encuentro colectivo con espacios para construcción y transmisión de conocimiento entre las personas que lo habitan, no solo en planta baja (bulevar con restaurantes y comercios) sino, también, en espacios abiertos en altura, que tienen la condición de plazas elevadas – cubiertas.
Por la forma del terreno, la vía de alta velocidad frente al edificio (Intervalles) y los distintos tamaños de espacios requeridos en el programa, se creó un gran espacio central abierto multifunción, donde se realizan diversas actividades, culturales y lúdicas.
La utilización de los materiales y acabados deviene de esas particularidades del entorno, explica Morales.
Todas las fachadas hacia las vías están cubiertas por una malla metálica perforada, como un elemento de transición visual y sensorial entre el tránsito vehicular y las actividades internas del edificio.
Esta piel permite la entrada de luz natural de una forma sensible. La combinación del vidrio en las fachadas, en cambio, funciona como una doble piel que tamiza la luz y el calor naturales, muy fuertes en esa zona por muchos días.