Ha llegado una época de sacrificio para todos. Es hora de poner el hombro para soportar esta época de vacas flacas, debido a diferentes agentes externos como la devaluación de la moneda de países vecinos, la disminución del valor del precio del petróleo y la imposibilidad de devaluar el dólar.
Esto muestra que no somos inmunes de una recesión. Es interesante leer noticias en el diario sobre gente común, que con su propio esfuerzo se esmera y se las ingenia para desarrollar microempresas, proyectos comunitarios para mejorar su calidad de vida. Igualmente el Gobierno se esfuerza por incentivar la producción nacional.
Pero estos proyectos se tornan más difíciles de implementar si no se involucra al sector financiero público y privado, como los bancos o las cooperativas de ahorro y crédito. Es hora de que arrimen el hombro reduciendo las tasas de interés.