Las paredes, que tienen la forma de triángulos, sostienen una cubierta inclinada. “Las puntas de estos triángulos permiten que el edificio tenga un diseño dinámico, que puede ser apreciado desde el exterior”.
Para Vinicio Marroquín, constructor de la obra, los amplios volúmenes de la fachada se rematan con las fajas horizontales en las ventanas. En esos espacios hay vigas para que no se templen y se rompan los vidrios. Los antepechos se manifiestan con unas líneas horizontales.
La edificación tiene un área total de construcción de 1500 m². El elemento principal es un espacio de dos pisos, ubicado en la mitad de la edificación. En la parte superior se remata con claraboya de forma piramidal.
Según Jácome, este espacio es el corazón de la construcción; el eje de la volumetría. Por aquí ingresa la luz solar y se reparte a las dos plantas, gracias a que no tiene tabiques que la dividan.
En la planta baja funciona la biblioteca Isaac J. Barrera, que tiene un fondo bibliográfico de 15 000 libros. Ahí hay dos salones. Uno guarda los textos de la colección de Gustavo Alfredo Jácome. Y el otro protege a una colección de libros antiguos, que datan de 1 829.
El edificio es amigable con el medioambiente y los seres humanos, incluso con las personas con discapacidades. Hay un ascensor panorámico para acceder a la segunda planta, exclusivo para sillas de ruedas.
Pero los dos pisos también se unen a través de una escalera. En el descanso se remata con una ventana, de forma trapezoidal, que permite una vista al parque.
En el segundo piso se diseñó una zona para videoteca y audiovisual en 3D. Según Miguel Puente, administrador del Centro, en ese espacio también se instalaron los museos Arqueológico y Etnográfico. Desde esta planta se tiene una mejor vista al sur y al oeste de Otavalo.
La biblioteca cuenta con pantallas grandes digitales distribuidas en los dos pisos.
La volumetría es contemporánea, con gran movimiento de sus cuatro triángulos -que tienen diferentes alturas- creando un juego de volúmenes muy dinámico.
Las puntas de los triángulos rompen con el esquema urbano del sector y dos de estas tienen una inclinación en el sentido vertical, semejando las quillas de un barco y produciendo un gran protagonismo al conjunto.
Entre los grandes volúmenes blancos en las fachadas este y oeste del edificio se han diseñado unas ventanas de aluminio y vidrio alargadas que, junto a sus antepechos de color cemento, refuerzan la horizontalidad del proyecto. La Biblioteca Gustavo Alfredo Jácome se inauguró el 25 de octubre de este año.