Es como estar frente a un videojuego en 3D. Y sus protagonistas son pacientes con males neurológicos, con serios problemas de movilidad.
El LokoMat es un equipo de neurorehabilitación que simula el caminar del paciente mediante un sistema mecánico, muy parecido a las piernas de un robot.
Con repeticiones continuas, esta tecnología aporta a la terapia física en casos de apoplejías, lesiones de la médula espinal, traumatismos cráneo-encefálicos graves, esclerosis o parálisis cerebral.
La máquina, valorada en USD 1,5 millones, está instalada en el Departamento de Fisioterapia del Hospital del Instituto Ecuatoriano de Seguridad Social (IESS) en el cantón Durán, Guayas. Carlos Torres Noé, director médico, explica que 150 pacientes se han beneficiado desde su instalación en el 2012. “Muchos llegaron en sillas de ruedas y han logrado caminar”.
María Paula, de 11 años, caminó pausadamente hasta ubicarse en el LokoMat. Ella recibe terapias desde su nacimiento debido a una parálisis cerebral que le dificulta el movimiento de sus piernas y brazo derecho. “Desde entonces la he llevado a terapias físicas, todos los días, sin falta”, cuenta Alejandra de Maldonado, su mamá.
Pero la que más le entretiene es la sesión de 10 minutos en el LokoMat. El aparato funciona con órtesis mecánicas para colocar las piernas y arneses para elevar y luego descender lentamente al paciente sobre una banda deslizante.
Al final de la instalación, la persona parece anclada a un robot. Torres resalta que la terapia no es solo física, sino también cerebral. “La máquina estimula al cerebro.
Antes se creía que cuando las neuronas se afectan no se recuperan. Pero se ha comprobado que hay células neuronales incipientes que se pueden reactivar. Es lo que se conoce como neuroplasticidad, que permiten recuperar la capacidad motriz, mejorar su marcha y su componente social”.
Para que María Paula empiece su terapia, las fisioterapeutas Yessenia Triviño y María José Martínez seleccionan un ambiente virtual -un paisaje tridimensional-, que se reproduce en una pantalla frente a la niña. A la pequeña le agrada el recorrido por el campo, en el que es una jovencita de larga cabellera lacia y busca monedas.
Triviño explica que la rehabilitación en el LokoMat es compartida: 50% del paciente y 50% de la máquina. “Los ejercicios relajan los músculos y estimulan el cerebro para que pueda acatar órdenes. Pero el paciente debe colaborar; si no lo hace, el programa se detiene”.
Para que la joven en la pantalla gire a la derecha o la izquierda, María Paula debe hacer ligeros movimientos con su tronco hacia el lado opuesto al que quiere dirigirse. La máquina no se detiene; hace mover sus piernas de forma normal.