Para ingresar al Centro de Salud No. 1 del Centro Histórico de Quito hay que recordar las palabras clave: “ITS, segundo piso.” Los guardias permiten el acceso sin cuestionamientos. Este primer paso permite que las personas en riesgo de Infecciones de Transmisión Sexual (ITS) entren sin temor a ser juzgadas.
Un enfoque, libre de estigmas y discriminación, es fundamental en los centros de salud de primer nivel inclusivos que ya suman 19 en Ecuador. Antes de abordar diagnósticos y tratamientos es crucial que los pacientes se sientan seguros y respetados. En estos lugares no se etiqueta a nadie por su identidad de género, orientación sexual o situación económica. Solo así podrán confiar en que su privacidad será protegida y su información médica, mantenida en estricta reserva.
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Si esto no se cumple, en muchos casos está en juego su propia salud y la de otros. Por ejemplo: es necesario diagnosticar a tiempo una ITS y, específicamente, el VIH a una mujer embarazada. Así no se transmitirá de forma vertical el virus al recién nacido.
Si se trata de una persona de un grupo vulnerable (migrantes, indígenas) y de población clave (guys, lesbianas, trans, trabajadoras/es sexuales) puede acceder a medidas de protección.
En el dispensario del Centro Histórico reciben gratuitamente preservativos y lubricantes. Las personas que no tienen VIH reciben la PrEP para evitar la transmisión por relaciones sexuales. Además, para casos de emergencia cuentan con la PEP, que se toman después de una exposición al VIH.
Juan Vega, de la Estrategia Nacional de VIH, explica que la PrEP y la PEP se empezó a entregar en cinco centros y luego se extendió a 22 en el país. Actualmente, en Quito también se otorga en Las Casas y Calderón, norte de la urbe.
La PrEP es para personas que no tienen VIH, pero corren riesgos de contraerlo por relaciones sexuales.
Demanda espontánea de pruebas
David Ortiz, coordinador de la Unidad de Servicio Inclusivo de Salud, explica que en su consulta la estrategia es lograr que el paciente ría, converse, se sienta en confianza.
“El paciente llega a como que ha hecho algo malo, entonces lo primero que hago es tranquilizarlo. Ha pasado una situación de riesgo de tipo sexual y lo que hay que hacer es curar”.
Ortiz junto con otros tres profesionales (enfermera, psicóloga y promotor de salud) se enfocan en promocionar un estilo de vida saludable y prevención.
Los pacientes, muchas veces, llegan con síntomas gripales o por control. En estos casos detectan si hay algún tipo de riesgo y promocionan las pruebas de ITS. De manera espontánea acceden y conocen cómo está su estado de salud.
Otros acuden tras vivir situaciones de riesgo, como se rompió el condón o deliberadamente no lo usaron. Y cuentan con un grupo que va regularmente a sus chequeos preventivos.
Pruebas rápidas y diagnósticos clínicos
Los pacientes reciben el diagnóstico de las ITS, que incluye pruebas rápidas para sífilis, hepatitis B y C, exámenes de tercera y cuarta generación para VIH. Mientras más rápido se detecta el virus se da tratamiento para mantener la carga viral baja y evitar la transmisión.
En Quito, a estas pruebas no solo se acceden en el centro de salud No. 1, también estás disponibles en los centros de Guamaní, Las Casas, La Tola y Calderón.
Los diagnósticos para el resto de ITS, como el síndrome secretor uretral, que incluye clamidia y gonorrea, es clínico. Ortiz asegura que el paciente presenta una secreción y hay dolor y solo si el paciente requiere una reconfirmación se realiza un cultivo.
En caso del HPV por condilomatosis y molusco contagioso, la característica común y visible es las verrugas, por lo que el tratamiento está enfocado en quemarlas, ya sea con ácidos, crioterapia o electrobisturí. En el caso de las mujeres hay que estar más alertas, pues son más susceptibles a ciertas cepas de HPV que son cancerígenas. Se realizan controles ginecológicos y si es necesario se deriva a los hospitales de tercer nivel para otros exámenes como una colposcopía.
Acompañamiento psicológico
El impacto de las ITS no es solo físico, sino también emocional. En los centros inclusivos se ofrece apoyo psicológico para ayudarlos a enfrentar el estrés y las consecuencias de vivir con una ITS.
Hay quienes no saben cómo afrontar la reacción de sus familias, de su pareja, la incertidumbre de qué va a pasar en su ámbito laboral o de estudios.
Este acompañamiento también es clave para mejorar la calidad de vida del paciente y que afronte sus temores y dudas. La atención psicológica también es importante para los pacientes que ya están recibiendo tratamiento antirretroviral, pues debido a un trato discriminatorio abandonan la medicación. En estos casos no se logra mantener la carga viral suprimida. En consecuencia, su sistema inmunológico puede debilitarse. Se corre el riesgo de transmisión del virus a su pareja o múltiples parejas.
Los promotores de salud están presentes en plataformas online de citas de la comunidad LGBTQ, en las que tratan de educar a quienes entran a concretar encuentros sexuales. Juan Vega enfatiza que el promotor es clave porque es el nexo con los grupos de población clave.
Los promotores también están en las fiestas clandestinas, orgías, encuentros sexuales ocasionales y otros sitios, en donde puede tamizar y ofrecer las pruebas.
Realizan campañas dentro y fuera del centro para sensibilizar a la comunidad sobre la importancia de la salud sexual y la prevención de ITS.
La existencia de estos centros inclusivos es un paso crucial para asegurar que las personas con ITS reciban la atención, en un entorno que promueve la dignidad y el bienestar.