Los cupos universitarios fuera de Quito también son buscados; jóvenes analizan opciones

Noemí ayuda a los afiliados del IESS en sus trámites; ahorra para estudiar en otra urbe

Noemí ayuda a los afiliados del IESS en sus trámites; ahorra para estudiar en otra urbe

Noemí ayuda a los afiliados del IESS en sus trámites; ahorra para estudiar en otra urbe. Foto: Diego pallero / El Comercio

Por tercera vez, Noemí Mendoza postuló para estudiar Veterinaria y Fisioterapia en el sistema público. Con una diferencia: esta vez eligió las universidades Estatal de Bolívar y la Técnica de Cotopaxi. Tras no obtener cupo en la Central por dos ocasiones -cuenta- está dispuesta a formarse en Guaranda o en Latacunga.

La quiteña, de 22 años, ha ahorrado algo de dinero. Si le asignan un cupo, cuando pase el riesgo de contagio de covid y las clases sean presenciales -dice- tendrá que arrendar un sitio para vivir y seguir trabajando para su sustento. “Mi madre me dice que si me sale un cupo acepte, aquí (en Quito) nunca lo voy a conseguir”.

Hasta ayer, los aspirantes a cupos en la educación superior revisaron si el sistema les asignó una de las cinco opciones de carreras que eligieron en la primera postulación.

En el actual proceso de admisión, que corresponde al segundo semestre del 2020, la Secretaría de Educación Superior (Senescyt) oferta 105 613 cupos en universidades, politécnicas e institutos.

Para aspirantes de Quito, elegir una universidad de otra ciudad es una opción frente a la alta demanda que existe y al nivel de los competidores. Esto debido a que el puntaje necesario para una misma carrera varía en cada centro del país.

Para Medicina, una de las más solicitadas, por ejemplo, se necesita un puntaje promedio de 940 sobre 1 000 en la UCE. Mientras que para la U. de Guayaquil la referencia es 892 y para la U. de Cuenca, 879. Para Veterinaria, en la Central se requieren 916 puntos, mientras que la Técnica de Manabí permite postular con 700.

En la reciente asignación de cupos, la Senescyt recordó a los aspirantes que estos se asignan en función del puntaje, de la elección del alumno en orden de prioridad y del número de cupos disponibles en cada universidad o instituto.

Con su puntaje de 849, Ismael Albán prefirió no postular para Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información en la Universidad de las Fuerzas Armadas (Espe) sino en la Técnica de Ambato (UTA).

Cuando la pandemia se supere, dice el joven de 20 años, será sencillo viajar de allá a Quito para visitar a sus padres. Ellos le darán apoyo económico hasta el final de la carrera. Es probable, cuenta, que se mude a la casa de unos familiares.

En la UTA, en este último semestre -que empezó en mayo y culminó en agosto- se inscribieron 48 estudiantes de Pichincha, de un total de 2 104 que recibieron para la nivelación de ese período. El actual semestre empezó el 5 de octubre en todos los años. Para dar inicio a la nivelación esperan el listado de la Senescyt, dijo Mary Cruz, vicerrectora.

Los chicos de Quito con vocación técnica ven una oportunidad en la Escuela Politécnica de Chimborazo (Espoch). En esta institución hay 2 946 estudiantes provenientes de Pichincha. El número representa el 19,10% del alumnado, informó el centro superior.

En el primer semestre del 2019, la Espoch registró 56 alumnos matriculados cuya procedencia es Pichincha. En el segundo semestre del año pasado fueron 171 y en el primer período de este año se matricularon 78 estudiantes.

Miguel Guachamín decidió ir a vivir en Riobamba para estudiar Ingeniería Mecánica en la Espoch. Cursa quinto semestre. El joven, de 22, años estuvo solo en esa ciudad, pero con el apoyo de sus padres.

Cada semana ellos le enviaban USD 30 para cubrir la alimentación y gastos académicos. Además, una vez al mes le llegaban USD 100 con los que pagaba el arriendo de ­ su departamento.

Esa experiencia -dice- le ha enseñado a ser más responsable con sus obligaciones. Por el covid, Miguel está en Quito, con sus padres, ya que en estos meses sus clases son virtuales. Antes visitaba la capital los fines de semana y regresaba a Riobamba el domingo.

La movilidad a otras ciudades es una opción desde antes de la vigencia del actual Examen de Acceso a la Educación Superior (EAES). A partir de este período reemplaza al Ser Bachiller, pero desde el 2012 se toma una prueba como filtro.

En el 2017, Alejandro Chaguaro también rindió la antigua evaluación. Su puntaje de 825 no le alcanzaba para estudiar Veterinaria, la carrera de sus sueños, en la Central. Le dieron un cupo en la Estatal de Bolívar, así que se fue a vivir en la ciudad de Guaranda, de donde es oriundo su padre.

Al principio, cuenta su madre, Maritza Paredes, sus tíos le adecuaron una habitación. Luego decidió hacer un préstamo para comprar una casa en esa ciudad. La cuota mensual es de alrededor de USD 500.

Con los otros gastos, la madre calcula que el presupuesto es de al menos USD 700 por mes. La experiencia -comenta- es difícil, sobre todo por tener que separarse de los hijos para que puedan estudiar.