Para 2030 el cáncer será la primera causa de muerte a nivel mundial, según datos del Observatorio Global del Cáncer. Con ese parámetro, en 2019 un grupo de especialistas de todo el mundo, incluidos varios ecuatorianos, iniciaron una investigación para determinar nuevos tratamientos contra esta enfermedad.
Andrés López-Cortés es investigador de la Universidad Internacional SEK, institución que lideró el estudio en Ecuador. El experto señala que el análisis se centró en cómo la hipoxia (falta de oxigenación en los tejidos tumorales) contribuye en la aceleración de la metástasis en el cuerpo humano. Una de las conclusiones fue que este era un factor fundamental en la diseminación de las células cancerígenas.
A partir de ahí se plantearon el objetivo de encontrar nuevas estrategias terapéuticas y nuevos fármacos que permitan controlar el proceso de hipoxia en los tumores. Además, buscaron vías para que las personas que ya tienen metástasis puedan recibir controles de forma efectiva.
Los resultados de este estudio, en la que participaron más de 20 investigadores, se publicó recientemente en la revista Nature. Para lograrlo realizaron un análisis bioinformático en 6 343 personas que presentaban cualquiera de los 17 tipos de cáncer más comunes en todo el mundo.
López-Cortés precisa que se estudiaron alrededor de 100 000 alteraciones genómicas (que cambian las células y ADN que desarrolla el cáncer) y descubrieron que 30 de las proteínas que se presentan en el cuerpo humano están asociadas a los procesos de hipoxia y metástasis.
Según el investigador, esto permitió ver cuáles son los fármacos más aptos para tratar estos procesos y qué estudios clínicos se están realizando sobre estas proteínas.
Nuevos fármacos para aplicar contra el cáncer
Una de las conclusiones fue que existen 23 fármacos que han sido estudiados en 200 ensayos clínicos en cualquiera de las cuatro fases de investigación. En las fases más avanzadas hay seis medicamentos que actúan sobre estas proteínas asociadas tanto a la hipoxia como a la metástasis. Es decir, que ya hay la posibilidad de que ya sean aplicados en los pacientes. (Ver infografía).
López Cortés señala que al contar con estos fármacos y las proteínas de interés, los científicos pueden encontrar nuevas vías para contrarrestar la metástasis y que se produzcan altos grados de hipoxia en las células tumorales.
Este descubrimiento podría desacelerar los procesos de metástasis, que es la fase más compleja del cáncer. “En este camino de frenar la metástasis se busca bloquearla y que el paciente tenga más tiempo de vida con buena calidad y que los fármacos generen la menor toxicidad posible”, señala el experto. Además, dependiendo del cuadro se podrían combinar con otros tratamientos como quimio y radio terapia.
Según dice, esta es la primera vez que se estudia la hipoxia y metástasis en 17 tipos de cáncer al mismo tiempo y en pacientes de todo el mundo. Eso ayuda a buscar nuevas terapias que sean aplicadas de igual forma en todas las poblaciones.
Estudios en pacientes de todo el mundo
Aunque lo ideal habría sido estudiar también pacientes solo ecuatorianos para ver cuál es el comportamiento de la población, esto no se hizo debido a los altos costos de los análisis y a la falta de equipos tecnológicos.
Para esta investigación se analizaron los datos de los pacientes que se tratan es centros y laboratorios especializados en cáncer a nivel mundial. Se aplicó herramientas bioinformáticas para llegar a las conclusiones a partir de los resultados de análisis genómicos.
De acuerdo con otro estudio realizado este año a 25 000 pacientes con metástasis, quienes tienen alteraciones en las 30 proteínas descubiertas tienen un tiempo de vida de 25 meses a partir del diagnóstico de la metástasis.
Mientras que las personas que no tienen alteración en estas proteínas, tienen un tiempo de vida de alrededor de 36 meses.