Las piscinas reabren para entrenamientos en cantones con semáforo en amarillo y verde. Los dueños y administradores de estos lugares prepararon protocolos para evitar el contagio del covid-19 Foto: Archivo EL COMERCIO
Tras la decisión del COE Nacional de reanudar los entrenamientos formativos en piscinas, ubicadas en espacios cerrados, grandes y chicos se alistan para zambullirse en el agua luego de tres meses y medio de confinamiento obligatorio, dispuesto por las autoridades locales para frenar los contagios por covid-19 en el país.
La decisión fue aplaudida por entrenadores y nadadores, ya que según el deportólogo José Reinhart, los deportistas registran una reducción de su capacidad física que va del 15 al 20%. Sin embargo, sugiere cumplir con todas las medidas de bioseguridad para que la reapertura de esos centros de acondicionamiento sea exitosa.
La deportóloga Pamela López recomienda incluso reforzar los esfuerzos para evitar contagios. Una forma de hacerlo consiste en reducir el número de acompañantes a la piscina y llegar con el bañador puesto para evitar el vestidor.
Cada club tiene su propio protocolo
Las medidas de seguridad varían en cada club, sin embargo, todos contemplan el distanciamiento social, la sugerencia de las autoridades locales e instituciones como la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Los dueños de las piscinas cerraron a mediados de marzo, pero desde abril empezaron a investigar y diseñar protocolos con medidas que reduzcan al máximo el riesgo de contagio.
Adrián Yépez, de la Escuela de Natación Galo Yépez, cuenta que su protocolo estuvo listo a inicio de junio, mes en el que Quito pasó del semáforo rojo al amarillo, y que desde ese momento lo puso en práctica con dos nadadores de su círculo íntimo para corregir o pulir cualquier detalle en caso de ser necesario.
Su protocolo contempla iniciativas adoptadas en países como Argentina, por ejemplo, donde los nadadores acuden a las piscinas desde mayo.
En junio también se realizaron pruebas rápidas para covid–19 al personal administrativo y a los dos entrenadores que desde hoy se reencontrarán con sus pupilos. Todos dieron negativo.
Personas mayores de 60 años tendrán que esperar en casa
En la Escuela de Natación Galo Yépez se ofrecen cursos a niños y adultos de todas las edades, pero por la emergencia solo recibirán a personas de hasta 60 años. Las personas de la tercera edad -65 años- forman parte de los grupos de riesgo.
Hasta dos nadadores por carril
Para garantizar seguridad a todos los asistentes, los carriles podrán estar ocupados por hasta dos nadadores. Yépez cuenta que los nadadores deben esperar en sus autos hasta que llegue su turno. Luego de tomarles la temperatura, irán directo a la ducha para bañarse con abundante agua y jabón. Tras salir de la piscina, se dirigirán a los vestidores y a la puerta de salida. No podrán utilizar la ducha, también por seguridad. Luego de cada turno se realizará una desinfección minuciosa de todas las áreas.
Las sandalias personales son obligatorias
El deportólogo José Reinhart cuenta que el riesgo de contagio es alto en las zonas que bordean a la piscina y que por esa razón es indispensable tener sandalias a la mano. Luego de utilizarlas guárdelas en una funda y desinféctelas. Evite tocar los pasamanos; si lo hace, desinféctese antes de tocarse el rostro.
La distancia también aplica para los casilleros
Recuerde colocar sus pertenencias dentro de un casillero previamente desinfectado y que se encuentre lo suficientemente alejado del siguiente que esté en uso. Así también reducirá el riesgo de contagio.
Quédese en casa si presenta síntomas gripales
Los dueños de clubes recuerdan a los deportistas que se les negará el ingreso a las instalaciones en caso de presentar fiebre alta o síntomas gripales. Los nadadores pueden registrar un máximo de 37,5 grados.
Retírese la mascarilla antes de ingresar a la piscina
La deportóloga Pamela López cuenta que ya se han reportado casos de personas que se han metido al agua portando la mascarilla. Ese accesorio es obligatorio para personas que corren o pedalean en espacios públicos como el parque La Carolina o Chaquiñán, por ejemplo.