Productores afros se organizan para comercializar sus cultivos

A las ferias que se realizan en Esmeraldas, los productores llevan muestras de guarapo, jugo de caña, dulces y frutas. Foto: Marcel Bonilla/ EL COMERCIO.

A las ferias que se realizan en Esmeraldas, los productores llevan muestras de guarapo, jugo de caña, dulces y frutas. Foto: Marcel Bonilla/ EL COMERCIO.

A las ferias que se realizan en Esmeraldas, los productores llevan muestras de guarapo, jugo de caña, dulces y frutas. Foto: Marcel Bonilla/ EL COMERCIO.

Unos 30 agricultores afros que habitan en la comunidad El Tigre, de la parroquia Tachina, promocionan una feria donde venden su producción de forma directa.

El encuentro se lleva a cabo todos los días sábados, en el mercado de abastos de la ciudad de Esmeraldas. Pero desde enero del 2020 se proyecta trasladar la feria al malecón de Tachina, con el apoyo de la
Junta Parroquial.

En El Tigre, ya son varios los habitantes que se dedican a la elaboración de panela, guarapo y pasta artesanal de cacao fino de aroma. Además, cultivan papaya, pepepán, limón, aguacate y maracuyá. Todo lo exponen los fines de semana.

Santo Preciado, uno de los campesinos, cuenta que las familias que viven de las distintas actividades del campo lograron unirse para emprender en la venta directa.

Él, por ejemplo, vende habas, maracuyá, papaya y tiene una granja avícola. Junto a su familia saca hasta 20 libras de habas, 30 papayas y 500 maracuyás para vender en la feria.

“Los afros que habitamos en esta zona de Esmeraldas hemos aprendido a producir la tierra para abastecer el mercado local con nuestros cultivos”, señala Preciado.

Lorena Rúa, otra de las habitantes, se dedica a la crianza de gallinas y también siembra plátano. Ambos productos los oferta cada sábado. Los días domingos cocina caldo de gallina criolla, que ofrece a los turistas que van a la comunidad.

Los cultivos de caña abundan en El Tigre, donde residen unas 50 familias. Actualmente, son varios quienes fabrican su propio guarapo fermentado y jugo natural de la caña.

En la comunidad se producen en promedio 50 litros de guarapo por semana. Una parte de esa producción se entrega a quienes elaboran cocteles y otra se vende en el mercado.

Otros productores de caña apuestan por la panela y hacen un promedio de 500 ladrillos durante la semana. También producen unos 300 moldes de panela en forma redonda y los cubren con hojas de plátano.

Los agricultores siembran todas las especias para condimentar las comidas a base de mariscos, como orégano, chiyangua, chirarán y albahaca. Entre ellos juntan 500 pequeños atados, que ofrecen a USD 0,25 cada uno.

Desde esta zona se abastece con la materia prima para los condimentos de la marca La Kosta, que sirven para sazonar carnes y mariscos.

Mónica Valencia, representante de esta marca, señala que el aporte de esa comunidad sirve para mantener el sabor que caracteriza la sazón afroesmeraldeña.

Uno de los productos que más se da en la zona, aparte del cacao, es la maracuyá. Los habitantes de esa población señalan que con la afectación a la palma ese producto tiene ahora más espacios en el mercado.

Los obreros agrícolas sacan en promedio 50 sacos de maracuyá, que venden por kilos en Viche, cantón Quinindé. Cada saco se oferta en USD 30.

Una parte de esa producción se destina a la venta en sus ferias, para que la población consuma productos frescos, a solo 45 minutos de la ciudad.

Émber Bautista, habitante de El Tigre, cree que con la ayuda del Gobierno Parroquial de Tachina se alistará para participar en una nueva expoferia de productos agrícolas.

La presidenta la Junta Parroquial, Margarita Loor, precisa que con ese mismo objetivo se creó la Asociación de Turismo y Productores Agrícolas de Tachina, para impulsar el desarrollo de la zona desde todos los frentes.

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