El aislamiento despertó el interés por la panadería. Las propuestas elaboradas con masa madre y enriquecidas con semillas y frutos secos son las favoritas. Foto: Freepik
Aunque la tendencia consiste en reemplazar al pan tradicional por alimentos como la yuca, el camote, el plátano verde o el plátano maduro, decenas de ecuatorianos siguen sumándose a la propuesta de preparar su propio pan casero.
El confinamiento obligatorio por la pandemia del nuevo coronavirus despertó el interés por la panadería y, según un estudio realizado por Publicis Groupe LatAm, ese pasatiempo se mantendrá durante algún tiempo: “seis de cada diez hogares continuarán con la tendencia de cocina dentro de la casa”.
En estos meses, fotografías de gente amasando y creando cachitos, enrollados, palanquetas y más circulan por las diferentes redes sociales como Instagram y Pinterest, lo que refuerza esta tendencia.
Muchas de esas propuestas contienen -además de harina y agua- semillas de linaza, de chía, de calabaza y frutos secos como las nueces y las almendras fileteadas. Las chispas de chocolate también figuran en esa lista.
Esos ‘toppings’ -precisamente- son los que incrementan el aporte nutricional de ese alimento y así es como las personas deberían preferirlo.
Además de carbohidratos, la gente obtendrá vitaminas, minerales, antioxidantes y grasas saludables como el Omega 3, fundamentales para un estilo de vida saludable.
La nutricionista Allison Santillán menciona que los carbohidratos son fuente de energía y que, por esa razón, hay que perderle el miedo al pan. “Los hidratos de carbono son combustible para nuestro cerebro”, dice. Además, si los cachitos o enrollados están hechos con harina integral aportan fibra, aliada del sistema digestivo.
En el imaginario de las personas está posicionada la idea de que ese alimento engorda.
Santillán dice que ningún producto engorda por sí solo. Las personas suben de peso por la suma de una serie de hábitos errados: evitan al ejercicio, ingieren productos ultraprocesados (altos en grasas saturadas, sal y azúcar) y comen hasta tres panes en el desayuno. Recuerda que todo exceso es malo y que no existen alimentos buenos ni malos.
El pan tradicional, el más vendido en las diferentes panaderías del país, está elaborado con harina de trigo refinada (blanca). Esa, apunta la especialista, contiene un aminoácido esencial llamado triptófano. Su consumo está relacionado con un menor riesgo de sufrir episodios de depresión.
Añade también que la harina de trigo blanca es fortificada con varias vitaminas y minerales. El rechazo a este alimento solo está justificado entre la gente intolerante al gluten.
Para evitar consumirlo en exceso, los expertos en este arte culinario recomiendan rebanarlo y crear porciones. La ventaja de ese producto es que se lo puede congelar.
Para mantenerlo en buen estado por más tiempo, se sugiere colocarlo dentro de fundas plásticas bien selladas.
¿Qué tiempo toma preparar pan en casa? Todo dependerá del número de porciones.
Elaborar un pan con masa madre, por ejemplo, puede tomar hasta 48 horas. La ventaja de esta propuesta es que también aporta probióticos; esos contribuyen a la salud de la microbiota intestinal.
Este pan puede complementar una crema de tomate o una de zanahoria. Tras descongelarlo, se le puede dar una textura crocante colocándolo en la sartén o la tostadora. También puede añadirse a ensaladas.