La migración inspira ópera mariachi que se presenta en el Teatro Sucre

Entre los artistas internacionales está Cecilia Duarte y Octavio Moreno. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO.

Entre los artistas internacionales está Cecilia Duarte y Octavio Moreno. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO.

Entre los artistas internacionales está Cecilia Duarte y Octavio Moreno. Foto: Julio Estrella/ EL COMERCIO.

Cada año, una nueva generación de mariposas monarcas comienza un viaje de más de 4 500 kilómetros entre Canadá y México, uno de los procesos migratorios más extensos dentro del mundo de los insectos. Lo particular de esta travesía es que durante el trayecto desaparecen tres generaciones de mariposas y sola la cuarta regresa a su lugar de origen.

Inspirado en el viaje de las mariposas monarcas, el director estadounidense Leonard Foglia escribió ‘Cruzar la cara de la luna’, una ópera mariachi que se ha presentado en escenarios de Houston, San Diego, París, Chicago y Nueva York y que este jueves 20 de septiembre del 2018 se estrena en el Teatro Nacional Sucre.

Cuando Foglia escribió el libreto de esta obra lo hizo pensando en la comunidad hispana que vive en los Estados Unidos y en sus continuos procesos de migración, que, a estas alturas, involucran a varias generaciones de una misma familia. La que él ficciona en esta pieza tiene como protagonista a Laurentino Velásquez, un joven mexicano que migra a los Estados Unidos en busca del ‘american dream’.

A través de un juego temporal entre el presente y el pasado la vida de Laurentino y de sus dos familias, la que tenía antes de salir de Michoacán y la que conformó en Texas donde finalmente envejeció, va mostrando todas las secuelas personales que hay detrás de las olas migratorias.

Una de ellas es la que tiene que resolver Mark, su hijo mexicano-estadounidense, quien es consciente de que la muerte de su padre está cerca y que no sabe cómo lidiar con la existencia de su hermano.

En esta obra Foglia apela por una fórmula narrativa que busca la universalidad en los cuestionamientos personales de tres generaciones de una misma familia. “Nunca quise montar un relato político sobre la migración sino una historia íntima que muestre las inquietudes que muchos migrantes tienen sobre el lugar que ocupan en el mundo y sobre el valor que tiene la familia”.

Uno de los mecanismos que tiene la obra para que esas reflexiones se activen en el público es el apelar al sentimiento, no uno lastimero al estilo de las novelas mexicanas de antaño, sino uno que juega con la presencia del naranja de las mariposas monarca y con los sonidos del mariachi, uno de los géneros musicales más populares de la cultura mexicana.

La presencia de estos rasgos no impide que la historia de la obra se convierta en universal. La migración está en todas partes y atañe a mexicanos pero también a ecuatorianos, venezolanos, sirios o marroquíes. Al respecto, Foglia recuerda que en el último ensayo, antes de que la obra se estrene en el Théâtre du Châtelet en París, el administrador del teatro le contó que llevó a sus hijos porque pensó que les iba a gustar pero quien realmente se sintió identificada y afectada por lo que vio fue la nana de origen ucraniano que acompañaba a los niños.

Entre las novedades para el montaje que se presentará en Quito está la participación de Cecilia Duarte (Renata), Octavio Moreno (Laurentino) y Vanessa Alonzo (Lupita), tres artistas del montaje original; la intervención de la Escuela Lírica; el Coro Mixto Ciudad de Quito y la participación del mariachi Sol de Plata.

Las presentaciones de esta ópera, que cuenta con la dirección musical de Chía Patiño, la dirección escénica de Foglia, y el diseño de vestuario de César Galindo, se realizarán hasta el domingo 23 de septiembre. El costo de las entradas para luneta es de USD 20, platea 40 y palcos USD 60.

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