La primera edición del Mercado Sanito abrió en el Mercado del Río, la plataforma gastronómica del Malecón 2000. Foto: Mario Faustos / El Comercio
El arroz de Daule, los derivados del cacao de Mocache, las hortalizas de Toacazo (Latacunga) o los granos y harinas procesadas de la zona rural de Riobamba convergen en el Mercado Sanito, una feria de pequeños productores frente al río Guayas.
El mercadito abrió su primera edición en el Mercado del Río en Guayaquil, y prevé atender al público las mañanas de todos los sábados.
La plataforma de comercialización de productos agrícolas, agropecuarios y agroindustriales busca incentivar el consumo de alimentos naturales, saludables y libres de químicos, destacó Andrés Ribadeneira, organizador de la feria.
Cinthya Cabrera, manabita de 35 años, promueve productos a base de cacao de La Finquita, ubicada en Mocache, Los Ríos. Ellos producen refrescos con avena y cacao y otra bebida embotellada de té de cacao con maracuyá, además, barras de chocolate puro. “Nos sentimos parte del pueblo montuvio, traemos también mates, estos pequeños recipientes naturales (que se fabrican a partir de la corteza de calabazas nativas) para que no se pierda esa relación con lo orgánico”, dijo Cabrera.
Bolívar Maji, de 48 años, representa a una asociación de 25 pequeños productores de Riobamba (Chimborazo), agrupados en la marca Don Miguelito, que exhibe variedad de granos secos y harinas de arveja, garbanzos o chochos. Los granos son cultivados libres de pesticidas. En la asociación preparan fungicidas orgánicos a partir del ajo y hierbas como la Santa María, fieles “a una herencia cultural ancestral”, dijo.
Los productos de Don Miguelito se comercializan también cada 15 días en la Feria Bonaterra, del Colegio Balandra de Los Ceibos, en el norte de Guayaquil. Desde el 2011, la feria promueve el consumo de productos orgánicos. El mercado se realiza para la comunidad del Balandra en alianza con la Federación de Centros Agrícolas y Organizaciones Campesinas del Litoral.
María Fernanda Sotomayor, de 34 años, viajaba a Guayaquil cada 15 días desde Cotopaxi, cargada de hortalizas frescas y una línea de 20 productos lácteos y mermeladas para asistir a Bonaterra. Ahora viajará todos los sábados para participar también en el Mercado Sanito, con los 80 tipos de hortalizas de la finca orgánica La Tamia, de Toacazo (Latacunga) y los pecuarios de la finca La Alquería, de Pujilí. “Todos nuestros productos son orgánicos, trabajamos con abonos elaborados por nosotros mismos y utilizamos control biológico, microorganismos y bacterias beneficiosas”, dijo Sotomayor.
El café La Mula Ciega homenajea al mundo rural y al pueblo montuvio plasmado en la novela homónima de Oswaldo Castro, publicada en 1979. El café en grano o molido de penetrante aroma se comercializa en fundas de papel y proviene de Zaruma, en el subtrópico de la provincia de El Oro.
“La marca es un homenaje a la novela y al universo montuvio, como una forma de transmitir las tradiciones campesinas a través del café”, indicó Patricia Illingworth, emprendedora guayaquileña. El café es cultivado a 1 200 metros de altitud, tiene notas de chocolate, no es ácido y tiene un rico toque amargo, como de chocolate amargo.